El empate ante el Depor nos dejaba tocados de nuevo, preparándonos para un Mundial de clubes un poco triste, como si esperásemos que el rival(aunque fuera un equipo chino) nos mandara de vuelta a casa.
Pero lo que es el fútbol, ha tenido que ser el Villarreal(y el Real Madrid por omisión) el que nos devolviera la sonrisa, el que nos alegrara el viaje a tierras niponas, el que nos hiciera recuperar las esperanzas de eliminar a los chinos y de vencer a River en la final.
Ya no nos parecen tan malos Sandro y Munir(o sí, pero esperamos el milagro) ya no nos asustan los errores de Mascherano ante el Depor y estamos seguros de que ni Busquets ni Iniesta seguirán dándoles balones a los rivales. Volvemos a ser optimistas, volvemos a creer en este equipo, volvemos a pensar que ganaremos esta liga y hasta nos reímos con la bronca que lleva Piqué con Arbeloa y resto de madridistas(incluso los del tenis sacan la patita).
Por eso algunos volvemos a ver la repetición del partido de los blancos para sonreir mientras vemos al eterno rival fallando, a los jugadores discutiendo entre ellos, y al mejor defensa del mundo recibiendo un caño típico de un juvenil, y al que marcaba 4 goles ante el Malmoe haciendo una chilena que más parece un número de circo, pero de los que hacen reir.
Y nosotros con la cabeza en Japón, luciendo una sonrisa