El vino albariño de Rías Baixas se parece a las rubias de cliché (bonitas pero tontas)

Por Heltroger

A mi parecer y entender la D.O. Rías Baixas no ha explotado todo su potencial, se contentan con lo que han alcanzado tan facilmente, si a la mayoria de los amantes del vino nos parece el Albariño un vino mas que sobresaliente, espectacular, porque los agricultores, las bodegas y el Consejo Regulador no se esfuerzan por conquistar el lugar que se merecen, el Vino Albariño goza de una belleza sin par, son como las rubias de cliché, cautivan por su agradable aspecto, dulzura, ternura, popularidad, pero les falta algo para ser perfectas.

La industria del vino aprecia las cosas buenas pero a la vez exige que las bodegas tengan una entidad, ha hecho carrera la formula que se repite por toda Francia “el Chauteau” el edificio emblematico que hace parte de la marca, soportando la imagen solida y grandilocuente de la bodega, confiriendo prestigio en un mundo donde los simbolos y el arraigo son mas que importantes, por estas ausencias, lo digo de forma general, las Rías Baixas se caracteriza por la atomizacion de su produccion, su precariedad y dispersión de su producción. Visite Cambados en Pontevedra y Vilagarcía y quede con una sensación agridulce en los labios, lo que yo me habia imaginado encontrar, una zona de albariño potente, rica y maravillosa lucia todo lo contrario.

Estando en A Coruña disfrute de unas almejas en un guiso de tomates que estaba muy bien, como era natural lo acompañe de un Albarino y el que estaba a mi alcance fue uno de Martín Codax que aunque estaba dentro de lo que esperaba acusaba el desgaste de sus largas tiradas.