El presidente del Consejo Regulador, Beltrán Domecq, lanzó el jueves un mensaje al sector durante su intervención en los 'Desayunos Informativos' del Grupo Joly, para realizar un esfuerzo conjunto que permita poner en marcha una estrategia sectorial a fin de adaptar la comunicación del vino de Jerez a los nuevos tiempos. Y el mensaje clave, dijo el presidente, es "hacer entender que el jerez es un vino", pues "aunque parezca una obviedad, que los consumidores y expertos entiendan que el jerez es un vino, y que hay que tratarlo como tal, es aún un trabajo pendiente". Dicho y hecho. El Consejo Regulador predicó ayer con el ejemplo al recurrir a uno de sus formatos más exitosos, el de las catas magistrales del Alcázar, para la presentación en público de la gama de vinos especialmente embotellada con motivo de la conmemoración del 80 aniversario de la constitución de la institución jerezana del vino y de la aprobación del reglamento de la Denominación de Origen. Los vinos seleccionados de entre las muestras enviadas por las bodegas jerezanas han sido embotellados bajo una etiqueta diseñada para la ocasión con el logotipo del 80 aniversario, que reproduce las inscripciones de las botas indicativas del vino que se cría en cada andana. La reproducción emplea el blanco y negro para imitar el efecto de la tiza sobre la madera de las botas. Para realizar esta selección se ha pedido a las bodegas muestras de sus vinos para que el comité de catas del Consejo hiciese una selección de los mismos, de donde han salido elegidos los que forman parte de esta colección conmemorativa. Numeroso público se congregó en el Patio de Armas del conjunto monumental, en el que tras la bienvenida a cargo del delegado municipal de Dinamización Cultural, Francisco Camas, los responsables del Consejo Regulador presentaron los vinos del 80 aniversario, seleccionados de entre las muestras enviadas por las bodegas del Marco y embotellados bajo la etiqueta con motivos bodegueros (las marcas de tiza que se realizan en las botas durante la crianza del jerez) diseñada para la ocasión. La gama del 80 aniversario, que también se presentará en Cáceres -Capital Española de la Gastronomía 2015-, donde se ha elegido como escenario el restaurante Atrio -representante de España en la final de la Copa Jerez celebrada semanas atrás-, además de en Madrid y Barcelona, está compuesta por siete vinos. Dentro de la categoría de vinos de crianza biológica figura el 'fino', de corte clásico jerezano, color dorado muy pálido, brillante y luminoso, así como una nariz punzante y marcadas notas almendradas y de panadería. El 'fino' del 80 aniversario es muy seco y poco ácido, pero deja una gran frescura en su paso por boca, en el que se destapan marcadas notas de su crianza biológica que persisten tras su ingesta. Una 'manzanilla' fina, también de crianza biológica, presenta un color amarillo pajizo con reflejos verdosos. Su aroma es intenso pero delicado, y ofrece recuerdos florales y de manzana verde. En boca es ligera, salina y con una elegante nota de amargor. Su retrogusto es fresco, largo y con profusión de notas de su crianza bajo velo de flor. A medio camino entre la crianza biológica y la oxidativa está el 'amontillado', un vino muy
jerezano que destaca por su seriedad y rotundidad. Su color oscila entre oro viejo y ámbar, y tiene aspecto brillante. Su nariz es potente, con recuerdos lejanos de flor y notas de madera envinada, tostadas y de frutos secos. En boca es incisivo, seco y con estructura. Su postgusto es larguísimo, con fragantes notas de avellanas. El 'palo cortado' se presenta a la vista con un color ámbar muy brillante y lágrima persistente. Su aroma es moderadamente punzante, de gran complejidad con notas de frutos secos, hoja de tabaco rubio y barnices.En boca despliega una gran elegancia, con acidez equilibrada y una ligera nota cítrica; seco pero muy glicérico. Su amplia persistencia nos devuelve una retronasal tremendamente expresiva. El 'oloroso', de plena crianza oxidativa, es un vino de color entre ámbar muy intenso y castaño, con reflejos verdosos y lágrima persistente. Aroma rotundo de madera noble bien envinada; de nueces, cuero y barnices. En boca es goloso, con una gran estructura que inunda el paladar y un paso de boca suave y cálido. Postgusto muy largo, en el que retornan las notas de madera y frutos secos. Entre los dulces, el 'cream' presenta color caoba y apariencia densa. En la nariz, sobre los aromas típicos del
oloroso emanan notas dulzonas, ligeramente cítricas y de frutos secos, así como recuerdos de moscatel y uva pasa. En boca resulta muy sedoso y amplio, con un dulzor equilibrado, un recorrido elegante y un regusto largo y muy agradable. La gama se completa con el 'Pedro Ximénez', de color ébano impenetrable, con reflejos yodados y densidad que tiñe la copa. Aroma sensual y muy rico donde predominan notas de pasas, higos y dátiles, acompañados de aromas de miel,
arrope y frutas en compota, así como de tonos tostados y regaliz. Aterciopelado y untuoso en boca, con una acidez que equilibra el dulzor y final muy largo. La vinculación del jerez al
universo vino comienza por la gastronomía, y las catas magistrales del Alcázar son el escaparate perfecto para trasladar a los consumidores, en este caso locales, las cualidades en la mesa del jerez del futuro, el que descubre su versatilidad en compañía de cualquier plato, mensaje en el que desde hace ya algún tiempo viene trabajando el Consejo Regulador en los principales mercados de los caldos jerezanos, en los que aún se identifica el sherry con un vino de aperitivo o de sobremesa, más próximo a un lícor o un digestivo que al universo de los vinos propiamente dicho. Ayer, el Consejo volvió a demostrar que nada más lejos de la realidad. El programa de actos del 80 aniversario se prolongará hasta finales de noviembre y entre los platos fuertes figura la exposición que recorrerá las ocho décadas de historia del Consejo y que se inaugurará el 4 de septiembre en Los Claustros de Santo Domingo, cuyas instalaciones servirán igualmente de escenario a la Gala del 80 aniversario. Estas dos últimas actividades coincidirán, además, con la celebración de las Fiestas de la Vendimia. En la recta final del año, entre el 26 y el 28 de noviembre, se celebrarán las Jornadas Científicas del vino de Jerez, en las que se analizará la evolución de sus caldos en el transcurso de los últimos 80 años, gracias a la colaboración de la Universidad de Cádiz. Además, el Consejo Regulador pretende que las iniciativas que tengan lugar durante los próximos meses sirvan de proyección a futuro para la institución y las empresas que integran el Marco. En
Nueva York El inicio de la celebración de este 80 aniversario llega después de que el Consejo Regulador del Vino haya participado en
la sexta edición del Sherryfest en Nueva York, donde se han desarrollado numerosas actividades en restaurantes, bares y tiendas de vinos de la capital económica y cultural más importante del mundo. Un completo programa de tres días inundó la gran manzana del rico universo de la enología jerezana a través de seminarios, degustaciones, y experiencias culinarias que han sido testimonio de las cualidades de estos vinos únicos y su enorme potencial de combinación gastronómica. El Sherryfest representa la consolidación de una iniciativa de enorme repercusión internacional que surgió en Nueva York en 2012 de la mano del crítico de vinos americano Peter Liem y que con el apoyo del sector bodeguero, a través del Consejo Regulador y Fedejerez, tiene el objetivo fundamental de poner de valor la singularidad, la riqueza cultural y la versatilidad gastronómica de los vinos de Jerez. Este año, el Grand Tasting ha batido el récord de más de 500 profesionales registrados, lo que convierte al Sherryfest en el más exitoso de cuantos se han organizado. “No hay duda de que demuestra que los amantes del vino norteamericanos tienen un interés y una sed creciente por el vino de Jerez”, celebran desde el Consejo.