Esta irrefutable constatación empírica hace científicamente innecesaria cualquier disquisición o elucubración teórica sobre el tema. El hecho de que nadie haya visto nunca un burro volando elimina de raíz la necesidad de investigar teóricamente dicha cuestión, aunque en los tiempos que corren no faltará quien se dedique a ello e incluso encuentre financiación del dinero de todos para hacerlo.
Aplicando un razonamiento similar entiendo que sobra, en consecuencia, cualquier argumentación, a favor o en contra, sobre la viabilidad o bondad de un sistema económico-político basado en el comunismo. Es una pérdida de tiempo buscar un gato negro en un túnel en el que no hay gato. En una ya dilatada experiencia de regímenes basados en este paradigma teórico, ninguno ha demostrado su bondad sino más bien su ineptitud e inoperancia, por no cargar más las tintas y añadir su inherente maldad.
Nadie ha visto nunca un burro volando. Nadie ha visto nunca un ser humano de un siglo por venir que nos visite o haya visitado a Napoleón, Galileo, Mozart u otra figura histórica digna de entrevista. Nadie ha visto nunca un estado comunista digno de defensa como modelo de regulación de nuestra sociedad política o económica. Toda disquisición teórica, en su defensa o ataque, sobra ante esta constatación empírica.
Francisco Garrudo