'El Vuelo': Salvados por Denzel Washington

Publicado el 29 enero 2013 por Despiram @FrikArteWeb

Tengo que admitir que cuando vi por primera vez el tráiler de El Vuelo me llamó muchísimo la atención. Tanto que la incluí en mi calendario cinematográfico como una de las indispensables. Me gustó su temática, me encandiló el hecho de que Denzel Washington fuera su protagonista, y lo que me hizo vibrar de la emoción fue el nombre de su director: Robert Zemeckis. Y es que todo cinéfilo que haya nacido a finales de los 80 y principios de los 90 le debe a este hombre la fantasía de los viajes en el tiempo, ya que (para los menos instruidos) fue el responsable de la trilogía de Regreso al Futuro.

Así que allí voy yo, cargado de ilusión y con las expectativas por las nubes a ver una de las más esperadas por mí en este 2013. ¿Y saben ese dicho popular de que si una película no te engancha en los primeros 20 minutos te defraudará? Pues no es el caso de El Vuelo. Hay que admitir que Zemeckis ha sabido jugar muy bien con este dicho, y creo que uso el verbo “jugar” en su escisión más peyorativa, porque pasados esos 20, 30 o 40 minutos el thriller se hace drama y volvemos a las tardes de domingo de Antena 3. Pero no se dejen llevar por esta primera impresión, porque a pesar de ello la película tiene mucho que exprimir. Vamos a ello.

Es cierto que si por algo se hace grande esta cinta es por el montaje del director, porque como bien he apuntado el guion no tiene nada de extraordinario. Es la forma de contarse lo que mantiene al espectador con el chip de la atención funcionando. Eso y una gran actuación del que para mí es uno de los grandes del cine. Y además polifacético, porque lo mismo borda el papel de piloto que el de maquinista (Imparable), el de mafioso (American Gangster), el de controlador de trenes (Asalto al tren Pelham 1 2 3) o el de policía (Dejá Vù).

En esta ocasión se mete en la piel del capitán Whip Whitaker, un experto piloto, alcohólico y cocainómano. Su problema con la bebida le ha supuesto un divorcio y la pérdida de contacto con su único hijo, y a pesar de su espectacular hazaña a bordo de su último vuelo, de nuevo la bebida  truncará el éxito de su historia. Por cierto, los que sufran con la tensión que se experimenta viendo la recreación de un accidente aéreo absténgase de ver los 20 primeros minutos de El Vuelo, porque es tan espectacular y fascinante como real.

De forma paralela se presenta la historia de una joven, interpretada por Kelly Reilly, y que está atrapada en el mundo de las drogas. Es una de esas historias que podrían dar pie por sí solas a una película, y desde el momento en que se presenta se puede adivinar que, como evidentemente ocurre, tendrá un papel importante en la vida del capitán Whitaker, tanto que le insuflará la fuerza necesaria para dar el paso que tiene que dar.

Completan este reparto Don Cheadle como abogado criminalista y defensor del capitán Whitaker, Bruce Greenwood como jefe sindical de la compañía aérea para la que trabaja y un fantástico John Goodman como su camello particular. Y tengo aquí que pararme para romper una lanza a favor de este último actor, relegado a papeles secundarios pero que tan maravillosamente interpreta. Aquí es digno de verse, y también en el papel de maquillador que hace en la recientemente premiada en los Globos de Oro Argo.

Y poco más. Como pueden ver es una historia simple, pero grande en su sencillez, una grandeza a la que ha contribuido mucho la visión de Robert Zemeckis, la fuerza interpretativa de Denzel Washington y una historia repetitiva dentro de la innovación que supone. ¿Recomendable? Sólo para ver la recreación del accidente. Por lo demás esperaría al mercado doméstico.