Al borde del límite, entre el cielo y el infierno. Por allí se paseó Denzel Washington en su reciente rol protagónico, el del capitán “Whip” Whitaker en el filme El vuelo, que se estrena este mes en las salas de cine del país.
El largometraje es dirigido por Robert Zemeckis, quien finalmente volvió a la producción de películas de acción real, luego de varios años realizando trabajos animados. Conocido por clásicos como Forrest Gump, llevó a la pantalla grande una historia amarga con un final esperanzador y quizás bofo, que retrata la guerra interna de un veterano piloto de una aerolínea inmerso en el letargo del alcoholismo y la drogadicción, que han vuelto de su vida una pasada erótica con un único horario: el del despegue.
Atrapado por sus adicciones, “Whip” conduce un vuelo que cambiará su vida por completo, al salvar a la gran mayoría de la tripulación de una catástrofe que posiblemente ocasionó por no estar en condiciones de comandar la maquinaria aérea. Su maniobra magistral, casi imposible de lograr, evitó la tragedia.
De esta manera, el peso de la producción recae por completo en el retrato de un adicto, magnificado por Washington hasta el punto de provocar vergüenza, repudio y éxtasis entre los cinéfilos con su cruda, palpable y existencialista interpretación.
“Denzel nos tiene acostumbrados a verlo en papeles muy fuertes y dramáticos. En este caso, me convenció. Reflejó ese mundo oscuro del personaje muy bien. El principio del filme me mantuvo muy tenso, cosa que hacía tiempo no me ocurría. Está muy bien hecha”, opinó el cineasta zuliano Ysidro Sore, quien prepara su primer largometraje.
La unión de Whitaker con su “dealer” —proveedor de drogas— Kelly Reilly (John Goodman), dibuja a la perfección el destino de una decisión equívoca adoptada por gran parte de la sociedad, al compartir el falso clímax de una relación superficial gestada por los intereses admitidos y no admitidos por ambos personajes, cegados por el factor poder que les otorga la cocaína.
Mientras su nombre es el más asediado por la prensa, que lo considera un “héroe” luego de su hazaña para salvar el avión durante el ‘accidente’, su culpabilidad le carcome las entrañas, mientras apenas puede mantenerse en pie, atrapado en el vacío de su propia historia. Tendrá que seguir la corriente de la investigación para demostrar con mentiras que no merece ir a prisión, o por el contrario, ser sincero por primera vez en su vida.
Todo cambiará cuando su camino se cruce con el de Nicole Maggen (Kelly Reilly), una heroinómana decidida a regenerarse. Así, el afamado capitán tratará de parar su red de mentiras y comenzar a vivir de nuevo, luego de pasar años sumergido en la desdicha, que lo separó de su esposa e hijo adolescente.
La curadora de cine y productora Carolina Graterol, define la experiencia de ver “El vuelo” como un viaje de tensión y dramatismo. “Zemeckis volvió como en los viejos tiempos de ‘El naufrago’, con un Denzel muy confiable que demostró fuerza y multiplicidad de emociones, tanto que pareció desafiar por momentos los paradigmas hollywoodenses”.
El perfil psicológico de un ser perdido en el delirio fantasmal de sus propios demonios, adaptado por el actor ganador de dos premios Oscar, es digno de admiración. La crítica ha laureado la actuación de Washington, que sin duda se apoderó de ella y adoptó como si fuera parte de su realidad.
Recibió una nominación al premio de la Academia en la categoría de mejor actor, en la más reciente edición del galardón, ceremonia en la que muchos lo observaron sereno en las butacas del Teatro Dolby, donde emanó experiencia y sabiduría, dejando claro que no es más que uno de los grandes actores de esta generación.