Cuando invitamos "parientes políticos" a trabajar en la empresa familiar, el resultado tiende a ser mixto: Mientras algunos detallan lo excelente que fue el fichaje y lo mucho que les sirvió, otros comparten historias de terror que derivan en divorcios. Y es que, si las reglas no están claras, las relaciones pueden complicarse, tornarse hostiles y desgastarse permanentemente.
¿Qué hacer entonces? Lo primero es evaluar bien (muy bien) al profesional-juzgar al potencial colaborador objetivamente; no verlo como el papá o la mamá de mis nietos sino como a un "futuro socio". Pregúntese: ¿Si fuera a elegir a un socio seleccionaría a esta persona? ¿Necesita la empresa a este colaborador? ¿Por qué y para qué? ¿Está capacitado técnicamente? ¿Qué valor aportará al negocio? ¿Puede seguir órdenes? ¿Qué consecuencias podría tener el involucrarlo? ¿Qué piensan del potencial fichaje otros miembros de la familia que laboran en la compañía (otros hij@s)?
Si una vez evaluadas las consecuencias y posibles escenarios, concluye que el profesional vale la pena y decide contratar a su yerno o nuera, recomiendo cuidar-al menos-lo siguiente:
1.- Definir quién es quién en la empresa familiar. Fijar roles. Precisar dónde somos familia y dónde jefe-colaborador. Conversar sobre los comportamientos y actitudes deseados, permisibles e intolerables en el ámbito de trabajo. Puntualizar las responsabilidades del puesto, el espacio y margen de operación (evitar invadir roles), el formato de evaluación que se seguirá, la compensación que se otorgará y bajo qué condiciones se llegaría a considerar invitarle a salir.
2.- Analizar la jerarquía. Dejar claro el organigrama y las líneas de autoridad-quién le reporta a quién; qué decisiones toma cada uno; quién debe sugerir o incluso ordenar. Y es que, mientras en el ámbito familiar la relación será de "tú a tú" (iguales); en la empresa familiar, seremos-de inicio-desiguales (socio/jefe-colaborador).
3.- Reflexionar sobre la dinámica familiar y empresarial. Evaluar el impacto que el nuevo colaborador tendrá en los hij@s que ya están trabajando en el negocio. ¿Se llevarán bien? ¿Le apoyarán? ¿Estarán al mismo nivel jerárquico o uno le reportará al otro? Sin importar su desempeño en la operación, hij@s que han participado unos años en el negocio de la familia desarrollan, lo que llamamos, un sentido de propiedad psicológica (juzgan que poseen derechos adquiridos y un estatus privilegiado); así que, la llegada de un pariente político puede causar, en ocasiones, rivalidades o incluso comparaciones i.e. "a él le estás pagando más que a mí"; "a ella si la ayudas y la empujas para que crezca...¡Y yo qué! Soy tu hija".
4.- Establecer límites en la dinámica de pareja. Como esposo o esposa no debemos esperar que nuestro cónyuge interceda por nosotros ante el suegro, la suegra o el herman@ (dueños del negocio). El cónyuge se encuentra "en medio". Cada vez que vaya a quejarse, en casa, de su jefe o de sus colegas de trabajo, recuerde que son el papá/mamá y los hermanos de su cónyuge. Evitemos descargarnos con nuestra pareja. Si lo hacemos, llegará el momento en que la tensión será tal que, o marcan límites-ejemplo: "Eso arréglalo con mi papá; a mi no me cuentes" o la relación de pareja terminará por estresarse innecesariamente y consumirse.Anunciosabout:blankINFORMA SOBRE ESTE ANUNCIO
5.- Sucesión ¿Estoy fichando a mi yerno o a mi nuera para que lidere este negocio en un futuro? Si es así, prepare bien el camino. El colaborar debe poder mostrar su talento, desempeñar sus funciones, ganarse la legitimidad y demostrar de lo que es capaz. No basta con que Usted tenga una idea en su cabeza, la empresa familiar y su familia deben estar preparados para recibirl@.
En el negocio familiar, lo más fácil es dejar entrar; y lo difícil, invariablemente, es invitar a salir. Así que, ¡reflexione a fondo antes de abrir la puerta de entrada!
Fuente: https://rntrevinyo.wordpress.com/2021/02/22/el-yerno-y-la-nuera/