Elact - inauguración

Publicado el 25 abril 2013 por Antonioparrasanz

ARRANQUE PROMETEDOREl Aula de Cultura de la Obra Social Caja Mediterráneo fue el escenario de la primera jornada del I Encuentro Literario de Autores de Cartagena (ELACT), un acto que contó con un nutrido número tanto de escritores como de apasionados de la literatura.
  Arropados por la presencia de las librerías Áglaya y Ler, y entre café y café, tuvo lugar el inicio de este encuentro que, en palabras de Francisco Marín, uno de sus impulsores, era el cumplimiento de un sueño: el de ver reunidos a quienes hacen de la literatura casi una razón para vivir. Posteriormente hubo un emocionado recuerdo para la figura de Ángel Márquez, en el primer aniversario de su fallecimiento, y Antonio Parra leyó unas palabras que la escritora María Dueñas envió, desde Barcelona, como muestra de amistad, animando a los miembros de este encuentro.

  Acto seguido se constituyó la primera de las mesas redondas, que bajo el lema ‘La literatura en Cartagena’, y coordinada por el propio Francisco Marín, analizó la situación cultural y literaria en la ciudad, y en la que participaron Luis Miguel Pérez Adán, Francisco J. Franco, Eduardo Borgoñós, José Espinosa, Juan de Dios García y Antonio Lois, como una muestra de los distintos géneros literarios que se irán analizando a lo largo del encuentro. Con interesantes aportaciones, algunas de ellas formuladas desde el patio de butacas, este primer coloquio fue crítico con el panorama cultural cartagenero, señalando sus particulares y a veces extrañas circunstancias, en ese sentido, se destacó la importancia de iniciativas particulares como la que ha impulsado esta actividad, y más en tiempos de crisis, cuando la cultura oficial queda recortada por las dificultades económicas.  Todos los participantes aportaron sus puntos de vista, incidiendo en la necesidad de darle más protagonismo a los jóvenes como esperanza cultural de futuro, reclamando un mayor papel de lo lúdico y la imaginación a la hora de promover actividades literarias, o defendiendo el valor de algunos géneros a veces olvidados, como el artículo de opinión, incluso alguno se mostró crítico con la actitud un tanto indolente que a veces muestra el público cartagenero con respecto a la literatura.  También hubo lugar para la esperanza, empezando por encuentros como éste, que acoge no sólo a escritores, sino también a lectores, porque esa es la verdadera base para la supervivencia de la literatura, la que permitirá que sus géneros sigan gozando de buena salud, e incluso que sigan creciendo a través de los nuevos soportes electrónicos de lectura, que van fabricando nuevos lectores. Medios que deberían ser aprovechados, tal y como se sugirió, por ejemplo, para crear una página web que aglutine toda la información literaria de la ciudad, centralizando actividades y venciendo así la desinformación que a veces se produce con respecto a la literatura en Cartagena.