Decadencia
Finalmente tenemos al Período Neo-elamita, donde se manifiesta la decadencia total de esta nación y su imperio, el cual en su mejor momento estuvo a punto de poder llegar a ser el dominante de Mesopotamia y el primero en extender sus territorios más allá. Pero la historia tenía otros planes. Como ya hemos hecho mención, aproximadamente entre el 1100 al 770 a.n.e. no se conoce mucho acerca de Elam, salvo de una alianza establecida con los babilonios en contra del creciente poder asirio. En las siguientes décadas y siglos se sabe acerca de inmigraciones de pueblos del este, los que se asentaron sobre los futuros territorios que medos y persas exigirían como suyos. En el siglo VIII a.n.e. los elamitas buscaron librarse del poder creciente de Asiria, inmiscuyéndose en la política mesopotámica, sobre todo apoyando a los sentimientos siempre independientes de los babilonios, lo cual despertó los recelos del rey asirio Sargón II, quién buscó acabar con la influencia de Elam de una vez por toda. En efecto, cuando Senaquerib derrotó a Babilonia, allí se acabaron las esperanzas de detener el creciente poder asirio.
Shutruk-Nakhkhunte II fue el último monarca elamita en clamar el título de Rey de Anshan y Susa. Fue muerto por su hermano Khallushu. Éste también murió por mano de otro, Kutir-Nakhkhunte, y asimismo fue sucedido por Khumma-Menanu III, el cual reunió un ejército que se unió a los babilonios para pelear contra los asirios en la Batalla de Halule en el 691 a.n.e. No se tiene claro cuál fue el resultado pues ambos bandos reclamaron la victoria en sus anales, sin embargo Senaquerib era un rey asirio implacable que dos años más tarde destrozaría Babilonia.
En el trono elamita siguieron Khumma-Khaldash I y su sucesor Khumma-Khaldash II fueron testigos del declive general del imperio y del inicio de las malas relaciones con Babilonia, lo cual sólo fue aprovechado por Asiria, si bien este imperio ya estaba atravesando su etapa final. En los años siguientes los reyes elamitas fueron declarados enemigos de casi toda Mesopotamia. Sin embargo sería Asurbanipal el que contraatacaría y tomó Susa. La ciudad fue después saqueada así como otras urbes de importancia en Elam, región la cual hacia el 646 a.n.e. estaba ya en decadencia e ingresa a su etapa final. El último rey elamita Khumma Khaldash III fue capturado en el año 640 a.n.e. por el citado Asurbanipal, el cual terminó por devastar al país. Como buen rey asirio que era, se vanaglorió en una tablilla narrando su campaña de aniquilamiento en Elam. Se burló de sus dioses, templos y hasta menciona haber reducido el zigurat de Susa. Hasta los cuerpos de los reyes elamitas de antaño fueron profanados.
Cuando los babilonios instauraron su segundo imperio después de devastar Nínive y el poder asirio con ayuda de los medos, los territorios ocupados por los elamitas al parecer estaban divididos en pequeños reinos. Los últimos reyes de este país siguieron buscando el reconocimiento como monarcas de Anshan y Susa, aunque éste era ya meramente virtual. Tempti Khumma in Shushinak fue uno de los últimos elamitas que se reclamó para así el título de rey, título el cual ya no tenía ni rastros de la gloria de antaño. En el año 540 a.n.e. los aqueménidas ya controlaban el país conocido como Elam, y lo adhirieron a su imperio en crecimiento desapareciéndolo como entidad política en la historia. Sin embargo algunos investigadores aún le dan una oportunidad. En efecto, con el pasar de los siglos la lengua elamita fue el rasgo más distintivo de este pueblo y los persas la acogieron como una de las oficiales. Por otra parte la urbe de Susa también fue muy importante para los aqueménidas y muchos en ocasiones la ven como una de origen persa, lo cual es incorrecto. Tiempo más tarde, la lengua elamita sobrevivió evolucionando con el tiempo y terminó fusionándose con otras de la región. Además, cuando el Imperio Parto se instaura, existía una región libre de nombre Elymaida, la cual muchos investigadores creen es una especie de renacimiento del pueblo elamita. Por si fuera poco, durante el Imperio Persa Sasánida, hacia el siglo III d.n.e. Elam aún era una región conocida como tal, casi en los mismos territorios de antaño, y por aquellos tiempos aún se usaba su escritura y algunos dialectos derivados de su lengua. Tal parece que sólo desapareció por completo con la llegada del Islam y la expansión del idioma árabe…