Se acabó lo que se daba. Por fin puedo hablar de política, políticos y políticas. El 22M será una fecha que muy pocos olvidarán. Unos por el abultado resultado obtenido, y otros, por el estrepitoso fracaso recogido. Fueron muchas las encuestas que colocaban a unos delante de otros y a otros delante de unos, pero está claro que, y los resultados de este domingo lo demuestran, o la gente miente cuando son encuestados o las mismas encuestas son inventadas.
Bajo ningún concepto se esperaba una caída tan profunda del Partido Socialista y un incremento tan desmesurado del Partido Popular. Ha sido tal la diferencia entre el acostumbrado bipartidismo que hasta los partidos más pequeños se han visto eclipsados por tal avalancha electoral y en muchos municipios, éstos que siempre habían conseguido una pequeña representación con la que hacer mover la balanza de la democracia, se encuentran ahora desprovistos de cualquier posibilidad de formar parte de un gobierno local.
Y lo que han demostrado estos comicios municipales, insulares y autonómicos, ya no es que los populares hayan barrido a los socialistas del mapa electoral, sino más bien, que han sido los votantes los que se han encargado de ello. En mi opinión, lo único que no me ha gustado de todo lo que he oído tras la abultada victoria del PP, es que hayan hablado de una ‘Ola’ inmensa que ha arrasado España. Creo que después de lo dañada que quedó nuestra imagen con la canción de Karmele Marchante – Soy un Tsunami o incluso peor, tras la tragedia de Japón por éste fenómeno, hablar de olas o tsunamis no me parece lo más correcto.
Yo por ejemplo habría hecho referencia a símiles más convencionales para referirme a esta victoria como por ejemplo: “Los Arguiñanos del PP dejan al Psoe a ‘caldo pollo’ con ‘ajo y agua’”. O también: “Mariano Rajoy se hace con el pichichi de la liga local y regional tras marcar en la mayor parte de comunidades, provincias y localidades”. Sé que estas comparaciones tienen menos gancho que un anuncio de helados en Alaska, pero da igual porque digan lo que digan el PP ha salido muy reforzado en estos comicios y ya muchos ven a Rajoy no solo como el futuro Presidente del Gobierno, sino como el candidato ideal para representarnos en el próximo festival de Eurovisión.
De todas formas permítanme felicitar a los ganadores por su victoria, pero sobre todo animar a los estrategas cuya participación en cualquier gobierno, ya sea insular, regional o municipal, aún está por definir y que ésta, no sea otra simple excusa para garantizarse una sillita, sino que sean objetivos y analicen que será lo mejor para aquellos a quienes representan porque el que pacte con el diablo, vivirá en el infierno.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…