Hoy es 28/4/2019 y es días de elecciones. Y yo he elegido muy bien. Después de ir a votar he elegido hacer un barranquito con mi hijo.
Barranquismo en Familia:
Cuando hablamos de barranquismo en familia, siempre pensamos en ir la familia entera a descender un barranco. Pero si vamos Padre e hijo por ejemplo también es barranquismo en familia. Hay que fomentar una relación de confianza y complicidad, y el barranquismo puede ser una buena herramienta.
Un viaje de ida y vuelta en el coche los dos solitos charlando. Un poco de repaso de algunas técnicas, y al lío….
El descenso de cañones, como los demás deportes de montaña, tiene más de cooperativo que de competitivo y hoy nos hemos ayudado mutuamente, nos hemos asegurado el uno al otro, hemos repartido los pesos entre las dos mochilas, (aunque creo que ha cogido la más ligera…). El ha perfeccionado detalles de la técnica, y yo he practicado el dar clases de nivel avanzado.
La verdad es que le he metido por todo lo peor del barranco, que además tenía bastante agua y el tío lo ha bajado como un campeón.
En el viaje de vuelta me ha confesado que, por la mañana, le daba un poco de pereza, pero que ahora se alegraba un montón de haber pasado el día conmigo. Y a mi se me cae la baba…. También me ha dicho que si podemos traer amigos suyos otro día…. Y por supuesto, claro que podemos: Siempre está genial conocer mejor a los amigos de tus hijos.
Para mi, me resulta muy fácil llevar a mis hijos al monte y enseñarles cosas y aprender de ellos. Pero no es necesario ser monitor para compartir aventuras con los hijos. Y tampoco hace falta meterse en cosas más o menos complicadas como hemos hecho hoy. Se puede ir con profesionales que nos adecuen la dificultad de la actividad a nuestro nivel.
Finalmente, me parece que la montaña en general es una afición muy sana y de alguna forma te vacuna contra otras aficiones menos saludables.
Creo que hoy he triunfado con mis elecciones.