Hoy viernes, la Prensa parece mantener que el debate lo ganó Rajoy, aunque por la mínima. En este tipo de eventos, hablar de ganadores y perdedores es una simplificación habitual, que da nociones sobre las tendencias, las actitudes y las reacciones de los ciudadanos que lo hayan seguido, que son, sin ninguna duda, una aplastante minoría. Pero eso es todo.
Lo que me parece más cierto e indiscutible es que Zapatero entró al debate agónico y moribundo, y salió vivo. Nada glorioso, es verdad, pero parece poner en evidencia la falta de tino que tiene Rajoy para el descabello.
La posición del PP, sostenida por un Mariano Rajoy que hizo pellas el segundo día, presuntamente con la resaca de su éxito del día anterior, fue la que ya hemos conocido más veces en el pasado. Aunque con otras palabras, era el mismo sonsonete del "Váyase, Señor González" de mediados de los noventa.
Zapatero dejó claro que no tiene intención de convocar elecciones anticipadas, a lo que tiene derecho, porque esa es su prerrogativa. Y las peticiones del PP fueron básicamente las elecciones anticipadas.
La posición de los grupos nacionalistas principales (catalanes y vascos) fue muy dura con Zapatero, pero dejando una rendija en la puerta, al clásico estilo, también, del "qué hay de lo mío". Duran estuvo más duro, porque está en precampaña, y cualquier aproximación ahora al PSOE no le parece que le aportara ventaja alguna. Pero también dejó claro que, bueno, que de los Presupuestos ya hablaremos.
Del tema del Estatut, mejor ni volver a hablar (http://jmbigas.blogspot.com/2010/06/estatut.html,http://jmbigas.blogspot.com/2010/07/estatut-2.html, http://jmbigas.blogspot.com/2010/07/manifestacion-contra-la-sentencia.html).Porque Zapatero insiste en sugerir que abrirá más puertas traseras, y nadie está aportando posiciones coherentes. Los catalanes, en el Parlament, parecen incapaces hasta de ponerse de acuerdo entre ellos (claro, todos están en precampaña electoral, y hay que medir los besitos y las collejas). Mientras que, en la calle, el sábado pasado, una manifestación que se quería prácticamente institucional, fue tomada por los independentistas, que existen, pero son una minoría relativa en el ámbito de Catalunya. Y el propio Montilla tuvo que salir poco menos que huyendo.
Rosa Díez estuvo dura y enérgica, pero claro, la actual ley electoral perjudica claramente a los grupos minoritarios de ámbito estatal. Porque tiran a la basura en la mayoría de las provincias todos los votos obtenidos, que no les llegan para un solo diputado. Este es otro tema mayor pendiente en esta democracia. La revisión de la Ley Electoral debería estar en la agenda política. No me parece razonable que, en su configuración actual, dé mucho más protagonismo a las fuerzas que sólo se presentan en un ámbito territorial muy reducido sobre las de ámbito estatal, aunque hayan obtenido globalmente muchos menos votos. En la situación actual, los grandes perjudicados son Unión, Progreso y Democracia e Izquierda (presuntamente) Unida. Y los grandes beneficiados, los partidos nacionalistas.
Rajoy está en su derecho de pedir la convocatoria de Elecciones Generales anticipadas. Sólo que el debate sobre el Estado de la Nación no es el ámbito adecuado. Debería presentar una moción de censura, que es el mecanismo previsto por la ley a estos fines. Pero, claro, es consciente de que con el equilibrio actual de fuerzas en el Congreso no podría ganarla. Y le da pereza solicitarla y llevarla adelante. ¿Nos merecemos unos políticos perezosos?.
En el debate de una moción de censura es donde el partido de la oposición que se erige en alternativa viable de Gobierno puede exponer su programa y someterlo a las votaciones del Congreso y a la toma en consideración por parte del ciudadano. Porque si no, caemos en la situación actual, donde hay muchos ciudadanos que pensamos que Rajoy está instalado en el "No. No y No. Por si hay dudas, soy contrario", sin aportar alternativas. En muchos ciudadanos honrados puede cundir la sensación de que su única estrategia es el "quítate tú, que ya me pongo yo". Y eso me parece que es insuficiente para conseguir de verdad un vuelco electoral significativo.
La pereza de nuestros políticos para abordar temas de calado es preocupante. La eterna demora en abordar una Reforma Constitucional, la falta de ambición por presentar una moción de censura, aun sabiendo que no la ganarían, la reforma de la Ley Electoral, que a los grandes partidos no les interesa, por supuesto, y así todo. Todos los humanos tendemos por naturaleza a la ley del mínimo esfuerzo. Pero de los políticos, esos ciudadanos consagrados al servicio de la sociedad, creo que tenemos derecho a esperar algo más que sólo desidia y malas palabras.
Señor Rajoy, salga ya de su letargo. Para un líder de la oposición no es válida la actitud de sentarse a la puerta de casa, esperando ver pasar el cadáver de su enemigo. Es una posición demasiado indolente para convencernos a los que en cada Elección pensamos nuestro voto, de acuerdo a las circunstancias. Seguramente consiga así el aplauso de sus partidarios, pero eso no le bastará para conseguir una mayoría consistente, y no digamos absoluta.
Es el momento, me parece, de pasar de las palabras a los hechos. De las diatribas a la acción.
Porque Zapatero entró moribundo, pero salió vivo. Que no es mucho, pero sí quizás demasiado, con la que está cayendo.
JMBA