Consideremos un país con dos partidos de izquierdas y dos de derechas. En cada lado del espectro político uno de los partidos es radical y el otro es moderado. Consideremos también que los moderados atraen a más votantes que los radicales. Para fijar ideas, consideremos que el porcentaje de simpatizantes es 15, 33, 30 y 22, de izquierda a derecha. En esta situación, un sistema de mayoría simple a una vuelta para elegir un representante (presidente, alcalde,…) resultará en la victoria del candidato del partido izquierdista moderado (con el 33% de los votos) siempre y cuando los votantes voten por su candidato más preferido. El resultado final dependerá de cómo los votantes radicales en ambos lados sopesen sus preferencias por un candidato cercano a su ideología y con alguna probabilidad de ganar (el moderado) y el deseo de apoyar y dar visibilidad a su opción preferida (el radical).
En un sistema a dos vueltas, donde los dos candidatos más votados son seleccionados para competir en una segunda ronda, los radicales pueden mostrar el apoyo a sus candidatos en la primera y ser más proclives a votar (en lugar de abstenerse) por el candidato moderado en la segunda vuelta, puesto que el candidato radical ya no es una opción en ese momento.
Tras analizar estos aspectos estratégicos, Massimo et al. (2016) [1] concluyen que “si el electorado está polarizado y los partidos moderados son grandes, el sistema a doble vuelta permite a los candidatos moderados seguir adelante con su plataforma electoral sin ser forzados a coaligarse o comprometerse con sus vecinos extremos. Intuitivamente, con una ronda y voto sincero los extremistas pueden amenazar con causar una derrota del candidato moderado si rehusa a formalizar una alianza. En el sistema de doble vuelta esta amenaza no es creíble, siempre y cuando un número suficiente de votantes extremistas estén dispuestos a votar por el candidato moderado más cercano a ellos en la segunda vuelta”.
Los autores encuentran tres predicciones susceptibles de comprobación empírica según este modelo
- Las elecciones a doble vuelta aumentan el número de partidos políticos en comparación con las elecciones a una sola vuelta.
- Los partidos extremistas serán menos proclives a coaligarse o fusionarse con los moderados en el sistema de doble vuelta.
- La moderación política es mayor –y la volatilidad, menor– en el sistema de doble vuelta.
Referencias:
1. Bordignon, M.; Nannicini, T., y Tabellini, G. 2016. "Moderating Political Extremism: Single Round versus Runoff Elections under Plurality Rule.” American Economic Review 106(8), 2349–2370.
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