Compartimos con ustedes un trabajo de nuestro colaborador habitual, el profesor e investigador Darío Machado [1]. Por su extensión, compartimos solamente la introducción y les dejamos, descargable, el documento íntegro:
Elecciones_en_Cuba_Actualidad_y_perspectivas_D_Machado.pdf
Elecciones en Cuba. Actualidad y perspectivas
Por Darío Machado Rodríguez*
UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA
La democracia socialista participativa cubana es, como todas, imperfecta. Sus órganos representativos basados en la renovación sistemática mediante procesos electorales, surgieron en la segunda mitad de la década de 1970 como una necesidad orgánica del proceso revolucionario, una vez consolidado el poder del pueblo trabajador y cuando las bases socioeconómicas del país se habían transformado radicalmente y había tenido lugar un importante proceso de empoderamiento ciudadano y desarrollo cultural que llevó a espacios decisivos de ejercicio del poder y de alta responsabilidad política y administrativa a personas humildes salidas del seno del pueblo.
Decenas de miles de ciudadanos cubanos “de a pie” pasaron a ocupar importantes posiciones en la actividad económica, comercial, política, jurídica, cultural, administrativa, en fin en todos los ámbitos de la sociedad. El proceso de empoderamiento popular fue rápido, creciente y abarcador.
Los continuados, sistemáticos y universales procesos de educación e instrucción, habían dejado atrás el lastre del analfabetismo, y el país se convirtió en una gran escuela de instrucción y formación ciudadana. Los medios fundamentales de producción de bienes y servicios, la tierra, las riquezas del subsuelo, la infraestructura, escuelas, hospitales, los medios de comunicación social, todos los recursos del país estaban al servicio del bienestar de la ciudadanía.
La transformación revolucionaria que cortó de raíz la explotación capitalista y equiparó en derechos y deberes a toda la ciudadanía, a la vez que elevó (y continúa elevando) sistemáticamente su nivel educacional, no podía generar una actividad política igual a la que existía en el pasado, sino que generó un modo nuevo de organizar el Estado, de reproducir sus órganos de poder, de hacer política y de realizar los procesos electorales, consecuente con su historia y con su realidad.
La sociedad cubana ha tenido que desarrollar su sistema democrático en medio de constantes agresiones, hostigamiento, guerra psicológica y bloqueo económico por parte de los Estados Unidos, secundado por países imperialistas europeos.
El ejercicio de la democracia directa, particularmente en los primeros años del triunfo revolucionario, los procesos de empoderamiento ciudadano, la elevación del nivel cultural, las leyes revolucionarias, las políticas sociales, las formas de distribución del producto social, la defensa de los recursos del país frente a la voracidad de las transnacionales, la práctica de la solidaridad internacionalista, produjeron en Cuba el desarrollo de una nueva ciudadanía y consecuentemente generaron simultáneamente una nueva calidad de la actividad política, componente fundamental de la cual fue la dignificación del voto ciudadano, dentro de un concepto general democrático participativo.
Cuando tiene lugar en Cuba el proceso de institucionalización se produce un paso fundamental y es el de generar una nueva Constitución.
El clima sociopolítico del país, su estabilidad y la disposición de la ciudadanía que participó activamente, permitieron previamente llevar a cabo de modo experimental en una provincia del país (Matanzas) una experiencia práctica para establecer mediante el voto de la ciudadanía, los órganos locales de poder y estudiar su funcionamiento, antes de generalizarse ya con el respaldo de la nueva Constitución y La ley Electoral. El carácter integral del experimento estaba dado porque no solo abarcaría el proceso electoral y el funcionamiento interno de estos órganos, sino también las relaciones de los nuevos órganos de poder con las instituciones del territorio, las empresas, el aspecto demográfico y territorial, etc.
Aquel experimento aportó una importante información para las decisiones finalmente aprobadas en materia de la nueva División Político Administrativa que adoptó el país. Estos elementos: el sistema electoral, los órganos locales y la nueva división política administrativa, integraron el proceso que culminó con la aprobación de la nueva Constitución de la República.
El anteproyecto de la nueva Constitución fue elaborado con la participación de las instituciones sociales y políticas del país y elevado a la consideración de la ciudadanía que en número de alrededor de 6 millones de personas, debatieron sus contenidos e hicieron más de 25 000 observaciones al texto como resultado de las cuales fueron modificados 60 artículos de los 141 que contenía.
Convertida en Proyecto fue sometida a referendo acudiendo a las urnas el 98% del total de ciudadanos con derecho al voto otorgando su aprobación a la nueva Constitución de la República el 97,7% de los votantes.
La ley electoral vigente en Cuba es la Ley Electoral Nro. 72, aprobada el 29 de Octubre de 1992 por la Asamblea Nacional del Poder Popular, ella refrendó la elección directa por el voto ciudadano de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los delegados a las Asambleas Provinciales, los cuales según la ley hasta entonces vigente eran elegidos por los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular.
Luego de este breve panorama inicial, el texto que sigue se propone explicar las bases de uno de los aspectos de la política en Cuba: los procesos electorales. Para ello se describen los principales vicios que la actividad política cubana ha superado en lo fundamental, luego se pasa a explicar las bases del sistema electoral cubano y finalmente se exponen algunos de los principales desafíos que consideramos tiene por delante, como parte de las transformaciones que tienen lugar hoy en la sociedad cubana.
(La continuación de este trabajo en .pdf adjunto)