Un político muerto. 27 periodistas heridos. 283 casillas electorales incendiadas, 26 robadas y 92 detenidos. Al menos 10 mil ciudadanos que no ejercieron su voto porque las casillas no fueron instaladas. Estos son algunos de los números de las elecciones legislativas que ya vaticinan como gran ganador al PRI, el partido de Peña Nieto.
Enrique Peña Nieto (PRI). Fuente: Presidencia México.
Las elecciones fueron sangrientas. Antes de que se abrieran los comicios un militante del PRI ya había aparecido muerto.
Hubo quema de urnas y papeletas electorales en el estado de Guerrero, donde desaparecieron los estudiantes en septiembre de 2014. Los informativos locales calculan un total de 283 casillas electorales incendiadas, 26 robadas y 92 detenidos.
Sin embargo, la Organización de Estados Americanos (OEA), en un operativo liderado por la expresidenta costarricense Laura Chinchilla, destacó que en la mayoría de los estados “prevaleció la paz” y “logró instalarse un 99.4% de los centros de votación”. Por lo respaldaron internacionalmente las elecciones a pesar de los disturbios.
Hubo una participación superior al 41% y se eligieron más de 2000 cargos públicos, entre los que hay 500 diputados federales y 9 gobernadores.
A 18 horas del terminada la jornada electoral, todavía queda un largo tramo hasta llegar a un resultado final. Se espera que el escrutinio definitivo se de a conocer recién el miércoles.
Pero hasta ahora, los escrutinios parciales muestran una clara victoria del PRI, el partido del presidente Enrique Peña Nieto. La fuerza conservadora PAN y la izquierda, PRD, también conservaron su espacio en el Parlamento.
Sorprendió el crecimiento de nuevas fuerzas.
En cuanto a las gobernaciones, el PRI viene sacando ventaja en 4 de los 9 estados donde se renueva el gobernador. Sin embargo, pierde Nuevo León, Colima, Michoacán y Querértaro.
La gran sorpresa en estas elecciones fue el triunfo de un candidato independiente: Jaime Rodríguez Calderón (“El Bronco”) ya se impuso en la gobernación de Nuevo León con más del 49% de los votos.
“Nuevo León será el comienzo de una segunda revolución mexicana”, dijo el candidato en una breve entrevista telefónica con el NY Times. A pesar de su militancia para el PRI durante más de 30 años, logró presentarse como un candidato independiente, y se ganó al público con una imagen de “tipo duro”, que monta a caballo y sostiene un discurso que logró capitalizar el hastío de los votantes del estado.
Es la primera vez en 69 años que se permite la presentación de “candidatos independientes” en el país norteamericano.
Desde 1946 estaban prohibidas, dado que la Constitución Mexicana establecía que la postulación de aspirantes era exclusiva de los partidos políticos. Esta norma fue modificada en la reforma consitucional de 2012 y se hizo patente en las elecciones legislativas del último domingo.