Ayer domingo día 8 de Abril se celebraron en Hungría elecciones parlamentarias para el período de gobierno de los próximos 4 años, y tal y como afirmaban las encuestas, la alianza entre Fidesz y KDNP venció los comicios. De esto no había duda. Lo realmente interesante era si conseguirían 2/3 de los escaños del parlamento, cosa que les otorgaría poderes como cambiar la constitución, etc. De todas formas esto no era algo tan importante como pueda parecer, ya que el grueso de cambios de la carta magna y las leyes fundamentales ya estaba hecho en los años previos, por lo que obtener los dos tercios, en esta ocasión, era algo más bien simbólico.
Y también lo han logrado. Con el 99% de los votos escrutados, Fidesz-KDNP ha logrado 134 de los 199 escaños del parlamento, esto es, los 2/3. En segundo lugar ha quedado Jobbik (extrema derecha tradicional que últimamente se ha ido moderando considerablemente), que obtuvo 25 escaños y el 20% de los votos, y en tercer lugar una alianza entre el Partido Socialista y Párbeszéd, con 20 escaños y el 12.5% de los votos. Por último, pequeños partidos como DK o LMP han logrado entrar al parlamento con 9 y 8 escaños respectivamente, además de otros pequeños grupos con un escaño cada uno, como describo más adelante.
El parlamento húngaro consta, como decía, de 199 escaños, que se reparten mediante un sistema mixto: 106 escaños mediante los respectivos distritos electorales unipersonales, donde gana el candidato más votado, que ocupa un lugar en el parlamento. Los otros 93 escaños, se ocupan por un sistema de listas nacionales, donde los escaños se asignan en función del porcentaje de votos de cada partido.
Participación electoral: 68.13% (en 2014 fue del 61.24% y en 2010 del 64.02%).
Resultados con el escrutinio del 98.96% de los votos (Partido, escaños totales, escaños por distritos unipersonales, escaños por listas de partido, porcentaje total de votos):
- Fidesz-KDNP: 134 escaños (91 + 43), 48% de votos.- Jobbik: 25 escaños (1 + 24) 19.7% de votos.- MSZP-Párbeszéd: 20 escaños (8 + 12) 12.5% de votos.- DK: 9 escaños (3 + 6) 5.6% de votos.- LMP: 8 escaños (1 + 7) 7% de votos.- Independientes: (1 + 0)- Együtt: (1 + 0) 0.65% de votos.- Alemanes: (0 + 1) 0.5% de votos.
Comparativa con los resultados de las elecciones de 2014:
Fidesz-KDNP: 133 = 96 + 37Coalición socioliberal: 38 = 10 + 28Jobbik: 23 = 0 + 23LMP: 5 = 0 + 5
Unas gráficas donde se ve de forma clara cómo Fidesz ha arrasado en los comicios:
Ayer a la noche Fidesz celebró por todo lo alto su victoria, en un evento al aire libre al lado del edificio Balna ("la ballena"), junto a sus seguidores, en Budapest, disfrutando del buen tiempo que por fin, tras un largo invierno, ha llegado a Hungría coincidiendo con estas elecciones.
El varapalo para la oposición ha sido tal que se ha producido una oleada de dimisiones masivas: ha dimitido Gábor Vona, líder del Jobbik, también lo ha hecho toda la dirección del Partido Socialista, y el presidente de Együtt, Juhász. Igualmente ha renunciado a su puesto uno de los presidentes del LMP, Hadházy. Con tanto movimiento de banquillo es un enigma cómo estará la política húngara allá por 2022 cuando se celebren las siguientes elecciones. ¿Logrará Fidesz un cuatro triunfo consecutivo? ¿Se reorganizará la oposición?
La anécdota del día fueron las grandes colas que se formaron en dos colegios electorales de Budapest, que cerraron sobre las diez y media de la noche, cuando votó la última persona. El resto de colegios llevaban cerrados desde las 7 de la tarde, la hora oficial de cierre, y contando los votos sin que los resultados pudieran salir a la luz hasta que cerrase el último colegio electoral. Las colas para votar eran comprensibles dada la alta participación, aunque el colapso de los 2 colegios electorales que cerraron fuera de hora se debió a estar en una zona universitaria, donde muchos estudiantes y trabajadores fueron a votar pese a estar censados en otras ciudades, o pueblos de provincias, donde les correspondería ejercer su derecho al voto. Sin embargo, mediante un permiso especial, pueden votar en otra zona que no les corresponde, en este caso en Budapest, al encontrarse viviendo allí temporalmente. No es la primera vez que ocurre algo, así, de hecho en las elecciones de 2010 la última persona en votar lo hizo a la 1 de la madrugada.
La principal conclusión de estos comicios es el masivo apoyo de Hungría a Fidesz y a Viktor Orbán, que recibió uno de cada dos votos. El resto se repartieron entre una oposición fragmentada desde la hecatombe socialista de 2010, que no ha sabido presentar una alternativa de calado contra Orbán. El Partido Socialista no se ha podido recuperar desde que dejara Hungría al borde de la quiebra. La alternativa la tomó la extrema derecha (Jobbik), que se dio cuenta de que si de verdad quería llegar al poder, debía moderar enormemente su discurso (y sobre todo sus actos), cosa que ha hecho pero que no parece que haya surtido mucho efecto, salvo para ser el principal partido de la oposición, muy lejos de cifras que les permitan ser una alternativa al gobierno. El resto de pequeños partidos son el DK (sin comentarios, su líder Gyurcsány montó este chiringuito después de falsear las cuentas de Hungría y salir casi a palos del gobierno y el Partido Socialista) sin ninguna opción seria de nada (de hecho está contento con haber llegado justo al 5% para entrar al parlamento y seguir chupando del bote) y el LMP, los ecoprogres, que no han pasado del 7% de votos, y pese a haber mejorado algo, siguen en cifras discretas.
Estos días incluso he leído algún artículo sobre un hipotético pacto entre Jobbik (extrema derecha) y Social-liberales para desbancar a Fidesz, lo cual es semejante disparate que sirve de ejemplo de lo desesperados que están algunos por expulsar a Orbán del gobierno. Ni siquiera la injerencia internacional, con fuertes tentáculos dentro de Hungría (el aparato de Bruselas, el ejército de ONG controladas, entre otros, por magnates internacionales como George Soros, y la mayor parte de la prensa extranjera, controlada por oligarcas contrarios a Orbán) o los escándalos de corrupción del gobierno húngaro, han logrado evitar la aplastante victoria de Fidesz, que repite tercer mandato consecutivo.
Por último, no puedo evitar hacer un pequeño comentario sobre el lamentable análisis de la mayor parte de la prensa española de las elecciones húngaras. En realidad no me ha sorprendido en absoluto. La única duda que tengo es si los que firman esos artículos son unos ignorantes de campeonato o solo dicen esa sarta de sandeces porque se lo ordena quien les paga. Me inclino por una peligrosa mezcla de las dos cosas.