Divididos en media docena de candidatos a presidente y sin un postulante que mantenga al menos el porcentaje histórico de votos en el distrito que le resulta más áspero, el kirchnerismo porteño demora la definición para el calendario de elecciones que impondrá Mauricio Macri.
Por ahora, el jefe de gobierno mantendría la votación local separada de la nacional y esa decisión le imprime premura al cronograma. La primera etapa, se estudia, sería el 29 de marzo para disputar las PASO, lo cual obliga a las agrupaciones a una aventurada campaña de verano.
Se le agrega el debut del voto electrónico o boleta única electrónica (si Macri cumple en esa promesa) lo cual llamará más la atención de los vecinos que las propuestas de los candidatos.
Macri logrará que el kirchnerismo termine unificado, pero solamente en una lista de legisladores porteños. La guerra recién comienza entre las porciones K por ganar un renglón en la lista de candidatos a diptuados porteños, en una elección que considera perdida pero en la que buscará retener el techo de 22 al 27% de los votos.
La meta, unas seis casillas a salir, no alcanza para conformar a todos los sectores en un listado de emergencia en el cual La Cámpora aspira a dominar y los aliados no PJ tiene pocas chances de integrar.
De los candidatos presidenciales K por ahora quien tiene un favorito para la Ciudad de Buenos Aires es Daniel Scioli, con Gustavo Marangoni, con bajo conocimiento aún en el distrito. El resto, son deseos, como el de Gabriela Cerruti, Gustavo López, mientras mejoran las chances de Juan Cabandié y resiste la invitación el eterno candidato Daniel Filmus.