Elecciones, redes sociales, campañas

Publicado el 30 noviembre 2011 por Manuhermon @manuhermon
El nombre de Equo gran desconocido.

Equo tal como yo lo veo.

El punto de partida era constatable en trabajos de campo los meses anteriores, era enorme el desconocimiento de Equo como marca electoral, aspecto no muy aceptado por su militancia. Las encuestas de Metroscopia de 45 días antes daban un conocimiento menor al 15% por 5 veces mayor a IU. Proporción de conocimiento que se trasladó de forma similar (1 a 5) a votos en muchos lugares.
Sería equivocarse no buscar las causas, primer paso para corregirlas. La campaña electoral ha sido pobre, mal planificada y peor desarrollada, y no tanto por la escasez de medios, (se debe planificar con los medios que se tengan), ni mucho menos debe aceptarse como disculpa la cortapisa de recogida de avales para su presentación, que debió ser una oportunidad. El varapalo de prohibición publicitaria en los medios con ser grave debió disparar otras opciones de campaña.
Aspectos que probablemente no han beneficiado son la política de alianzas electorales y la poca clarificación y conocimiento de la marca Equo, era vital gritar a los 4 vientos su existencia, si se presenta a elecciones será para que le voten, lo cual es imposible si muy pocos saben de su existencia. En un primer impacto, en la salida a pista electoral, era imprescindible para subsistir gritar su nombre a la ciudadanía y no tanto cocerse la militancia en su propia salsa, la equomunidad, salir del ‘hormiguero’ debió ser una necesidad para difundir cuatro líneas generales vinculadas a la nueva opción.
De acuerdo con los estudios sociológicos sobre horquilla política de los españoles existe un amplio campo de personas autoconsideradas de izquierdas y además entre un 5/10% de ecologistas o verdes. Por otra parte, la mayoría de votantes tiene la opción de voto predeterminada en función de su cosmovisión global del mundo, si además consideramos que los programas tienen muy poca importancia en el voto (a pesar de la insistencia de algunos), para ser más preciso los programas concretos influyen en un colectivo bastante pequeño de votantes situados dentro de los indecisos, en el centro, lo cual hace que sea importante para los grandes partidos con opción de gobierno, o para centristas, pero no para otros. Estos hechos avalarían la necesidad de gritar y difundir la marca Equo como opción roji-verde-malva y no tanto de la difusión de su programa, al menos en estos primeros tiempos preelectorales.
Equo Madrid Sur. Partiendo de las premisas anteriores, veamos el sur de Madrid, concretamente la mancomunidad que conforma Metrosur, (Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada, Getafe y Leganés) 5 pueblos que son en población, la tercera capital de España, agrupan una población de un millón de habitantes muy concentrada urbanística y sociológicamente, mayoritariamente joven, trabajadora y de ‘clase media’, con amplias reminiscencias rojas y verdes, con un medio de transporte que permite ir de un extremo a otro de la macrociudad en media hora, con varios campus universitarios y bastantes centros comerciales y polígonos industriales, hospitales, etc.
Participar en esta contienda electoral sin considerar esta especial ubicación es un error imperdonable. Y es aquí donde sitúo la afirmación de ‘pobre campaña, mal planificada y peor desarrollada’, por falta de coordinación, planificación y acción.
En torno a Metrosur tendría que haberse coordinado una campaña planificada de acciones y actos, con contactos modos y usos roji-verdes-malvas; repartos de varias decenas de miles de hojas, pintadas, carteles, acciones varias de agitación y pequeños actos de propaganda locales en donde el tipo conferencia/mitin líder, debería ser en todo caso el destino que justificara el camino anterior y posterior de las acciones, igual que el destino de recoger firmas para avales era la oportunidad de caminar y gritar la existencia de Equo. En este contexto encontraría sentido la comunicación a través de internet para potenciar, extender, convocar, anunciar… además de intentar coordinar, agrupar y nuclear simpatías.
Solo después de hacer las cosas, se puede estar seguro de su inutilidad, es mejor arrepentirse por haberlas hecho sin resultados, que quedarse con la intranquilidad de qué hubiera ocurrido de haberlas hecho. La idea de la poca rentabilidad de una acción o dos más, encontrará sentido en el conjunto de una campaña plagada de acciones, inserta en un contexto histórico de tradicional conocimiento de la opción que se presenta a elecciones, pero carece de aplicación en este caso concreto en el que Equo partía desde la casilla de salida. Si el objetivo era sacar representación en Madrid, habría que haber utilizado esfuerzos tendentes a lograrlo, si solo pretendía pasar la página, cubrir el expediente, está bien cualquier cosa realizada.
Mi conclusión es que no se ha llegado a entrar en la base electoral inicialmente de apoyo a Equo, y no porque cerraran su puerta y optaran por otra opción.
Estoy de acuerdo con lo expresado por algún equo: ‘El salto cualitativo que hemos notado en la militancia… no se ha dado en las urnas.’
Las redes sociales. Tanto Equo como el movimiento 15-M son abanderados de la política 2.0. Los resultados dicen que parece ha sido excesiva la confianza en las redes sociales. La política en el futuro no podrá hacerse sin contar con ellas, deberá ser política 2.0, pero en el presente tienen muy poco peso en la calle. El extraordinario apoyo mediático proporcionado al 15-M y la experiencia de la primavera árabe pueden haber confundido a muchos, en ambos casos las redes han mostrado ser instrumentos de primerísimo orden para comunicar y convocar acciones, pero sería excesivo concederles la misma importancia en cuanto a modificar realidades o determinar posturas de los individuos. La realidad árabe ha sido modificada por decenas de miles de personas en la calle luchando abiertamente contra otras fuerzas, y que han utilizado las redes para comunicarse e informarse.
El 15-M es un movimiento, como tal muy hetereogéneo, dentro del cual hay sintonías diversas, a veces contradictorias, a cuyas acciones puntuales se incorporan miles de personas libres (sin vínculos militantes) a manifestar su indignación, y cuyo funcionamiento estable mantienen vivo simpatizantes y militantes de muchos partidos y grupos de izquierdas, gente todos ellos que ha dirigido votos a sus listas. En Alcorcón y en Madrid recordamos que ha aumentado el número de votantes respecto a las municipales y han descendido abstención, votos nulos y blancos, por lo que la influencia de una parte del movimiento que defiende estas opciones ha sido muy pequeña.
La realidad que viven estos entornos de redes sociales distorsiona a quienes participan inmersos en ella, confundiendo a veces una parcela de realidad, con el conjunto de millones de personas que están jubilados, los que estudian, los que están parados o trabajan en fábricas, centros de trabajo y comercios, barrios, asociaciones y ONG’s, sindicatos y calles, bares y metros. La gente que está dentro del ‘hormiguero’, como la que esté en un concierto de rock, son holligans que piensan que todo el mundo está allí y es como ellos, pero hay otros fuera, infinitamente más numerosos que los de dentro, muchos de los cuales ni conocerán a ese grupo. Otros conociéndolo, tendrán gustos diferentes.
Confundir la realidad con los deseos es uno de los principales errores políticos, no querer verlo ni atender las señales cuando se manifiestan es un suicidio. Basarse en tópicos lleva al fracaso, por ejemplo los trabajos del CIS, (que ha clavado las encuestas electorales desde hace meses), muestran que las nuevas hornadas de jóvenes basculan algo más a la derecha en su autoidentificación en el eje izquierda-derecha, de hecho la nueva incorporación de jóvenes votantes privilegian el voto al PP.

Otro análisis y resultados comparativos. Alcorcón