No debe existir una edad adecuada para leer este libro. Si eres demasiado joven no significará nada, y si estás ya maduro, y cuánto más maduro, da más angustia vital. Un Philip Roth muy alejado del sarcasmo judío de El lamento de Portnoy nos cuenta la historia (empezando por su entierro) de un publicista , un hombre cualquiera (Everyman es su título original) , empeñado en centrarla en la oposición entre sus impulsos sexuales y una notable dedicación a sus problemas médicos en sus últimos años y -muy especialmente- una detallada atención al cementerio judío de Newark. La vida misma
Sé que parece terrible y leerla es bastante jodido en tiempos como estos, que no dan para estar muy alegre, y más si estás en cuarentena y todo eso. Pero ha sido imposible separarse de sus 150 páginas y sólo por el episodio del sepulturero debería ya tener un lugar en la literatura. Fucking genious!