Mira por donde ahora estamos nosotros en la tarea de elegir nombre para la Chiquinina, que así es como la voy a llamar aquí en el blog. Como siempre imaginaba un niño, no sabía cómo llamarle ( ¿Chiquini-ni-ni?). Como es una niña ya no hay problema: Chiquinina.
Pero hay que ponerle un nombre de verdad .Mira también por donde, mis dos favoritos están en el top ten y eso precisamente me echa atrás, porque la niña no será Menganita, sino Menganita de Tal, para diferenciarla de las demás.Por otro lado no parece que la elección vaya a ser fácil. La otra vez sí lo fue, porque el padre de la criatura y yo coincidíamos en el nombre que más nos gustaba. Pero esta vez no es así, y claro, a ver quien es el guapo/a que da su brazo a torcer, ¡ja! ¡qué el nombre es para toda la vida, menuda responsabilidad!Así que de momento la Chiquinina no tiene nombre oficial. Aunque tengo que andarme con ojo porque al final el que va al registro civil y tiene la sartén por el mango es el padre…