Elegir un rosal trepador blanco

Por Diasderosas


Mi gurú Gertrude Jekyll afirma que la planta más bella que se puede poner en un jardín es un rosal trepador. Y, ciertamente, el color blanco es un referente a la hora de dar vida a nuestro jardín. No es de extrañar, pues, que nuestra amiga Margó esté pensando en plantar un trepador blanco.
Aconsejar sobre un tema tan amplio conlleva, necesariamente, una necesidad de centrarnos, porque haber, lo que se dice haber, hay cientos de cultivares de trepadores blancos. Dado que Margó nos ha explicado que necesita el rosal para un arco, dejaremos para otra ocasión los rosales de grandes dimensiones, los llamados ramblers, y nos centraremos en los más manejables de tamaño, los que pueden ser guiados de manera más controlable.
Otro punto que me ha centrado a la hora de concretar opciones es la disponibilidad para la compra. Es decir, tratar de buscar rosales accesibles, aunque ya sabemos que en pocos casos los vamos a encontrar en España (conste que alguno no es imposible), que, al menos, sí estén en las grandes casas productoras europeas.
El trepador blanco por excelencia, que da buen resultado, es el cultivar Iceberg, climbing (Cants of Colchester, 1968) . Es decir, la mutación trepadora del arbustivo Iceberg (Kordes, 1958). Estéticamente, tiene todo lo deseable, menos el aroma, y es espectacular. Tarda un tiempo en establecerse, y los primeros años puede ser sensible a la mancha negra, algo que dejará de ser problemático a medida que avance en edad. Este rosal se puede encontrar a la venta en algún buen vivero, aquí en España. Por ello, si se piensa comprar, no está de más el preguntar:


La otra buena opción es Alba Semiplena, un rosal antiquísimo. Es muy duro, jamás dará un problema, y florece con profusión una vez establecido. Es uno de los rosales de los que se extrae la esencia para perfumería, con lo cual, es fácil deducir que tiene un aroma excepcional. Tiene una única floración, en primavera:

New Dawn (Somerset Rose Nursery, 1930) no es blanco-blanco, aunque tiene una mutación blanca (más difícil de conseguir, y gente que cultiva ambos, sigue prefiriendo el original). Pero, es un rosa porcelana tan tenue y delicado, que no quiero dejar de citarlo, porque ópticamente es neutro como un blanco. Si hiciéramos un listado de los mejores rosales trepadores, New Dawn sería el primero para muchísimos especialistas. Este rosal es otro que también se puede encontrar en viveros españoles:

Mme Alfred Carrièrre (Joseph Schwartz, 1875) es un rosal Noisette de larga trayectoria, que siempre ha despertado admiración entre los aficionados. Buena salud, buen aroma:

Otro Noisette, Aimée Vibert (Vibert, 1828), con unas flores huecas, y los pétalos algo reflexos, muy estiloso:


De Félicité et Perpétue (Antoine A. Jacques, 1827), nos ha hablado Josep largamente en el blog. Quizás ya estaría en el límite, por el tamaño considerable que alcanza:

Dentro de los rosales modernos, me gustaría destacar The Generous Gardener (Austin, 2002), un excelente trepador inglés hibridado por David Austin, muy sano. El mío es de un esqueje, todavía pequeño, pero me ha sorprendido sobre todo por su facilidad para repetir floración. Aunque tiene un matiz rosado, el efecto es casi blanco, sobre todo en cuanto le da el sol a la flor. Buen aroma:

También destaco Uetersener Klosterrose (Tantau, 2006), de la línea de trepadores de la casa alemana Tantau, que tiene especial predilección por el blanco, y estos últimos años han sacado varios rosales blancos al mercado. Como todo lo de esta casa, de un gusto exquisito:

Y esto es todo por hoy, señoras y señores ;)!!!.
Fotografías: agencias, David Austin Roses, buyarose.eu
"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.