Elemental, querido…¡protesto!

Publicado el 21 octubre 2011 por Portalgameover


Señor Benelux, de un paso enfrente. Se le acusa de menospreciar el trabajo de su compañía preferida:  Rockstar, tras el lanzamiento de su juego estrella del 2010: L.A. Noire, ¿cómo se declara?

- Culpable, mi señoría.

- Así me gusta. Proceda pues a explicar porqué ha sufrido este cambio tan radical respecto a su ideología.

- Todo empezó hace muchas años, más o menos cuando me quedaba hasta las 7 de la tarde delante del televisor esperando a que empezara una de mis series preferidas de la cadena local de televisión mientras comía un bollicao, que en esa época…

- Por favor, acusado, no tenemos todo el día….

- Ah, sí, perdón. Pues bien, esperaba hasta las 7 de la tarde a que empezara una serie que todos los aquí presentes conoceréis: El Detective Conan, la serie del niño detective que en realidad no era un niño, sino un joven que tras ir a un parque de atracciones…

- Acusado…

- Bueno, pues eso, que la serie no es que fuera una obra maestra, es más, se repetía más que el ajo y muchas soluciones de los casos eran más propias de Expediente X que de otra cosa, pero pese a cambiar de estatura, estudios y vida, sigo recordando con añoranza esa serie y no sé si es por ello, cada vez que sale un juego de detectives/investigación a la calle, acabo jugándolo.

- Acusado, ¿esto tiene alguna relación con el caso que nos ocupa?

- Sí, sí, por favor, esperen a que acabe mi explicación. Lo que quería decir es que pese a no ser nada del otro mundo, no podía perderme ni un solo episodio. Y creo, que, tras meditarlo mucho, todo esto se debe a por ese interrogante que aparece al principio del episodio, ese “¿quién habrá sido el asesino?” y que, de mejor o peor manera se resuelve al final del mismo: “ha sido la combinación de alcohol, un látigo y los músculos de Batman”.

- Sr. Benelux, no fuerce la situación. Y proceda…

- Bueno, supongo que el primer juego de investigación que jugué fue Phoenix Wright, aunque jugablemente no era nada del otro mundo y pese a tener ciertos errores, como una linealidad descarada, la manera en que resolvía los casos era tan magistral, que echando la vista atrás, me parece que no haber jugando antes a este juego había sido una pérdida de tiempo.

- Tampoco exagere…

- Mire, siempre se me quedará en la memoria cierto caso del juego  en el que, tras señalar con el dedo índice al culpable, tienes que rehacer toda la argumentación porqué la acusación que has realizado significaría que tu cliente sería declarado culpable y el culpable real se iría a casa susurrando un “jijiji, las has cagado”. La verdad, señor fiscal, para mi esta es una de las mejores sagas que existen en el mundo de los videojuegos.

- ¿Pero no ha dicho usted que tenía fallos?

- Ya, pero es lo que he dicho al principio, por la temática del juego, por ese saber quién es el culpable, por esos giros de guión, por el interrogante en el que estoy insistiendo… esas son las cosas que hacen que respete tanto el juego.

- ¿Podemos dejar de hablar ya de este juego?

- Sí, sí, aunque bueno, la segunda incursión tampoco fue muy destacable, fue un juego llamado Profesor Layton y entre que no era precisamente lo que buscaba y que me vendieron un poco la moto, en vez de encontrar un juego  de asesinatos me encontré a un niño pesado que cuando se enfadaba decía: ¡canastas!

- Pues pasemos al siguiente…

- De acuerdo: Heavy Rain. Uno de los buques insignia de Play Station 3 y uno de esos juegos que se han de jugar. No solo por un interesante argumento, sino también por las novedades jugables que aporta el juego, como la investigación criminal. Como me molesta que se utilice solo un par de veces y al final todo se resuelva a base de puños, aunque divertido lo es un rato…

- ¿Algo más que añadir de este juego?

- Pues que me gustó mucho esta aventura de Quantic Dream, ya no solo por el argumento, como he comentado, sino por saber aguantar tan bien y hasta el final ese interrogante del que os hablo.  Y de este gran juego pasamos a…

- Vaya, cada vez se va animando más y no creo que esté en una situación muy buena para hacerlo…

- De acuerdo, pues acabemos ya, hablemos de L.A. Noire.

- Pues díganos.

- Fiscal, para mi, L.A.Noire, ha sido una decepción y no por la jugabilidad o por la repetición de situaciones, sino porque al final no llega a ser lo que esperábamos del Detective Phelps. Más que nada, por saber desde el primer momento quién es el asesino y, en los pocos momentos en que no se sabe, tampoco nos importa mucho saberlo. Es decir, que el interrogante no se aguanta en ningún momento. Y es que no puedo quitarme de la cabeza que, pese a tener sus limitaciones jugables, me parecían mucho más interesantes los casos de Phoenix Wright o el caso de Heavy Rain que todos los que transcurren en el último juego de Team Bondi y Rockstar.

- Vaya, así que ahora no es tan fan de Rockstar, ¿no?

- Bueno, es que este tipo de juegos, los de investigación, en general, me enganchan. Pero en este juego en concreto, la cosa ha dejado bastante que desear y he tenido que jugar muchos veces más forzado a jugar porqué tenía que devolver el juego que por el interrogante de cada caso.

- En fin, Jurado, está claro que uniendo esta declaración y las pistas encontradas en el gamertag del acusado, creo que es evidente que el acusado, Benelux, ha sido el asesino.

- Pero, pero…¿de qué demonios está hablando? ¡Si solo he jugado a un juego de 3 DVD!

- Elemental, querido acusado, las pruebas me han mostrado la verdad.

- ¡Oiga! ¡Está usted loco!

- ¡Mentira! Según mi libreta…uy, pues tiene razón acusado, el asesino fue Isaac250, bueno, es que ya sabe, a veces hay que agitar el árbol para ver que cae…

Y después de terminar con la acusación, el abogado McNamara se guardó el monóculo en el bolsillo de su gabardina y se colocó correctamente el sombrero, como hacía siempre que encontraba, o no, la solución a un caso. Posteriormente, comprobó que su ayudante de 8 años se hubiera perdido entre la multitud y volvió a casa sabiendo que había realizado correctamente su trabajo y sabiendo que las botellas no servían para nada.