(“Leonora”. Elena Poniatowska. Seix Barral. Premio Biblioteca Breve 2011)
Capítulo 1. CROOKHEY HALL.A Leonora le disgusta, pero la niñera, Mary Kavanaugh, dice que en el centro del plato de avena encontrará el lago Windermere, el más bello y más grande de Inglaterra.
El comedor es oscuro, al igual el resto de Crookhey Hall. (…) En Crookhey Hall hay que dar muchos pasos para ir de un lado a otro.
Si Nanny le pregunta cuál es el juguete que más ama, Leonora responde: -Tártaro es mi preferido. Detesta a mi padre.Si la regañan, se sube al caballo. Si Gerad no quiere acompañarla al jardín, monta sobre Tártaro hasta que alguienentra a la nursery. Si la privan de postre a la hora de la comida, el balanceo de Tártato suple con creces el sabor de cualquier pastel de chocolate.
Capítulo 2. LA NIÑA AMAZONA.Los Carrington recorren todos los días los caminos de Westmeath (...). El paseo más glorioso es el de Belvedere, con su parque y sus jardines, que descienden como alfombra real hasta el lago.
Capítulo 3. EL SANTO SEPULCROEl convento del Santo Sepulcro es un palacio que construyó Enrique VIII en Newshall, en la ciudad de Chelmsford, Essex, cárcel de Oscar Wilde.
Las religiosas se encogen dentro de sus hábitos negros y a Leonora le parecen lomos de jabalí. (…) Las monjas en su encierro (…) viven su clausura como posesas. Amanecen con ojeras.
En la capilla, los santos y los mártires son criaturas fantásticas que vuelan de un pedestal a otro. (…) Leonora pasa largas horas en la capilla, inflamada por su devoción a los santos; frente al altar, cierra los ojos. Adquiere la absoluta certeza de que sus pies ya no tocan el suelo y se eleva.
Capítulo 4. MISS PENROSEUna tarde se pierde y miss Penrose la encuentra sentada frente a La Anunciación de Simone Martini.-La Virgen está de mal humor, no quiere ser la madre de Dios.
Capítulo 5. EL OLOR DE LOS CASTAÑOS.Maurie escoge una gorra marinera que le sienta muy mal. A Leonora le divierte que una boite de nuit en la calle Boissy d’Anglas se llame El buey sobre el tejado, y pregunta por qué, y el capitán de meseros, que parece miembro de la Academia Francesa, le responde: - En honor de Jean Cocteau, que viene a veces.
En el mes de febrero arriban al Hotel du Palais de Biarritz en medio de una tormenta de nieve. Maurie toma como insulto personal que la nieve caiga en vísperas de la primavera, se convence de que la tierra gira fuera de órbita.
Capítulo 6. LA DEBUTANTE.Maurie se enoja y Leonora tiembla de rabia.-Deberías sentirte agradecida. Si fueras fea y torpe no te presentaríamos a la corte –suaviza su padre.
Ser presentada en la corte es un honor, una ratificación de buen nacimiento, un certificado de pureza de sangre, de pertenencia a la elite. (…) Vestida de satín blanco como su madre, con unos cuantos kilos menos, Leonora se levanta, cierra su abanico y camina hacia el podio, hace una profunda reverencia al rey, otra menos profunda a la reina y la tercera muy a las volandas a la corte.
Maurie escucha a su hija con curiosidad (…). Le regala el libro de Herbert Read: Surrealismo. En la portada viene la pintura de Max Ernst “Dos niños amenazados por un ruiseñor”. Al verla, las entrañas de Leonora arden, su emoción es tan visceral que le dice a su madre: -Nunca sabrás el regalo que me has hecho. Algún día veré el mundo tal y como Ernst lo pintó. (…) Leonora le confía a Úrsula su enloquecimiento por “Dos niños amenazados por un ruiseñor”, un pequeño cuadro intensamente vivo en el que sobresale, recortada en madera, una puertita, una reja de juguete y un ruiseñor del que dos niños atemorizados intentan escapar.
Capítulo 8. LA AMENAZA DEL RUISEÑOR. Leonora discurre, su boca roja bajo sus ojos negros, su boca roja enmarcada por la blancura de su rostro y coronada por la selva negra de sus cabellos. “¡Qué belleza!”, piensa Max. (...) “Este hombre es irresistible, mira nada más qué ojos.” La estremece al tomarla de la mano. Leonora nunca soñó con nada igual. Ha encontrado el objetivo de su vida, él va a cambiársela, él va a hacerle ver el mundo, ella es su mina de carbón, él va a extraer diamantes y va a pulirlos. Max irradia luz.
Leonora es el centro de atracción, la novedad del grupo, el gran descubrimiento. En la noche, Ady Fidelin, Lee Miller, la mujer de Penrose, Nush, la de Eluard, y Eileen Agar bailan desnudas frente a los faros de los automóviles de sus amantes, que alumbran el jardín.
A Ernst lo llaman “el pájaro superior” y para rendirle homenaje Leonora lo retrata con un largo manto de plumas que termina en cola de pescado.
Capítulo 19. LA GUERRA.A Max lo transfieren a Les Milles, cerca de Aix-en-Provence, a una ladrillera cuyo polvo rojizo penetra hasta en las raciones de comida, de por sí escasa.
Capítulo 35. MÉXICO.En Xochimilco, las trajineras se abren paso con su carga de músicos, sus jarras de pulque y sus cervezas. Algunos canales, cegados por los lirios, les impiden avanzar.
Nadie más atractivo que Plutarco. Al yaqui, nacido en Sonora, le rendirían tributo los soberanos de la Tierra. "Plutarco en traje de baño es el espécimen perfecto de Yuku, dios de la lluvia." James lo fotografía a cada instante. En Nueva york le ordena a Tchelitchew que pinte su cuerpo maravilloso para añadir a su colección al mejor modelo. (...) -Leonora, tienes que verlo, es Adonis, es lo mejor de la creación; nunca conocerás a nadie tan bello.