El Gobierno japonés ha elevado de cinco a siete la intensidad del accidente nuclear en la central de Fukushima-1, con lo que queda equiparado al de la planta ucraniana de Chernobil, ocurrido en 1986. La Agencia de Seguridad Nuclear ha matizado que ambos accidentes son distintos, ya que en Fukushima-1 no se ha producido una fuga masiva de radiación. Así, ha aclarado que las emisiones de la central japonesa apenas representan un 10 por ciento de las producidas en la ucraniana.