Título original: Elfie Hopkins
Año: 2012
Duración: 89 min.
País: Reino Unido
Director: Ryan Andrews
Guión: Ryan Andrews, Riyad Barmania
Música: Jordan Andrews
Fotografía: Tobia Sempi
Reparto: Jaime Winstone, Ray Winstone, Steven Mackintosh, Rupert Evans, Kate Magowan, Aneurin Barnard, Kimberley Nixon, Gwyneth Keyworth, Will Payne
Un viaje de placer, del cual no podrás volver.
Nos encontramos delante de una obra sorprendente. No digo esto ni en tono peyorativo ni elogioso, lo comento por la reacción que me provocó su visionado. El primer impacto que te provoca es el de un producto muy bien acabado, algo muy de admirar en los tiempos que corren. Destila calidad por los cuatro costados. Da la impresión de que se ha mimado hasta el último detalle en cuanto a localizaciones, atrezzo, vestuario, peluquería, etc. Lo más asombroso, es que no se haya aprovechado en su totalidad todo este potencial y que parezca que se ha acabado precipitadamente, cuando en principio es una película que transcurre con un ritmo pausado, que para nada cansa, y que en algún momento piensas que si su duración hubiera sido mayor, tampoco habría molestado.
En incontables ocasiones hemos comentado que un film se salva por su parte final, tras un primer tramo algo deficiente. En esta ocasión es al revés, para variar. La primera parte es magnífica para decaer un poco al final. Quiero apuntar que esto último no se refiere al ritmo, que es trepidante en ese tramo, si no por quedarnos fríos en cuanto a su significación. Quizás a alguien le gustará, pero seguro que todo el mundo estará de acuerdo en que te quedas un poco pasmado.
Ahora vamos a hablar un poco de la historia. Es bastante original aunque aborde un tema ya tocado en otras ocasiones y que no es otro que el del canibalismo. Siempre asociamos esto a personajes primitivos, salvajes, despiadados, pero en esta ocasión se trata de personas educadas, elegantes, damas y caballeros que se saben comportar. Usan un sistema un tanto extravagante para captar a sus clientes/alimentos, pero su singularidad hace que se siga toda la trama con interés.
Elfie Hopkins es una post-adolescente algo vaga, a la que le encanta meterse en toda clase de líos. Su afición favorita es la de hacer de detective, y toma su inspiración de mitos cinematográficos tales como El Halcón Maltés y Chinatown. Con la llegada de unos nuevos vecinos ve la oportunidad, ayudada de su amigo Dylan, de dar rienda suelta a su afición. Los Gammon son una familia algo extraña, sobretodo en sus aficiones culinarias, aunque por su aspecto incluso les confiarías todo tu capital. ¿A que se dedican?, pues a organizar viajes de placer alrededor del mundo. Viaja y disfruta.
Interesante apuesta de Ryan Andrews, que debuta en el largometraje con esta cinta, y que está basada en un corto del cual también es autor. Asimismo es guionista ex-aequo con Riyad Barmania. Hablando del guión podemos decir que es correcto. Tiene cosas muy positivas como la ya comentada del ritmo y coherencia de la primera parte, y también menos positivas como, en mi opinión, la forma de finalizar la historia. Da la impresión cuando estás viendo esta parte, que asistas a un desenfreno agónico para lucimiento de la “dulce” protagonista, que se transforma en una vulgar heroína, experta en armas y con una mala leche impresionante. No obstante es muy de agradecer que todo esto se aliñe con escenas gore antológicas y que están muy bien rodadas, en el último tramo la acción rebosa por los cuatro costados. ¿Con que nos quedamos?, lo dicho al principio, sorprendente. Vamos ahora a comentar las interpretaciones. Elfie representa que tiene veintidós años, Jaime Winstone la interpreta magistralmente. Compone un personaje algo estrafalario, pero lo hace de manera sutil. Solo una cosa, Jaime tiene en la vida real veintisiete años y, desgraciadamente esa diferencia entre la edad real y la ficticia se nota, principalmente en los primeros planos. Entre su filmografía recordamos su trabajo en Donkey Punch, película muy comentada allá por el año 2008. Sigamos con Rupert Evans, el recordado Synesius de Ágora. Su actuación es muy impactante puesto que recrea de manera excelente la del caballero elegante y adinerado, que se transforma en un monstruo. En cuanto al resto de actores, sus actuaciones son bastante correctas en general ya que consiguen no caer en los típicos estereotipos. La fotografía de Tobia Sempi es magnífica, juega como nadie, en las escenas de exterior, con las sombras, evidentemente a eso ayuda las fantásticas localizaciones situadas en los bosques de Gales. La música también es muy correcta, atentos sobre todo a la sintonía de los créditos finales, estaréis un buen rato con ella dentro de la cabeza.
Es una película muy recomendable para poder seguir el interesante cine que se está realizando en el Reino Unido. Un cine que es, en mi opinión, bastante particular, pero se intuye un esfuerzo por realizar unas obras muy interesantes que no dudan en arriesgar, tanto en las tramas como en las puestas en escena. El truculento tema del canibalismo está muy bien tratado. Sus motivaciones no, pero a ver quién se atreve a hacerlo.
Firma: Josep M. Luzán.