Esta frase en arameo, junto con su traducción (“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”) figura en la Biblia cuando se describe la crucifixión de Cristo. Hoy se conmemora precisamente ese hecho y, para ilustrarlo, he elegido un tema que lleva por título At the Cross.
La letra de este himno religioso fue escrita por Isaac Watts, un pastor de Londres, a principios del siglo XVIII. Lo publicó en Hymns and Spiritual Songs (1707), pero la música que lo acompaña tardaría más de un siglo en llegar, en 1885. Lo haría de la mano de un estadounidense, Ralph Erskine Hudson, quien en su juventud participó en la guerra de Secesión. Cuando se reincorporó a la vida civil, este miembro de la Iglesia metodista trabajó como profesor de música y se hizo un nombre como compositor de temas religiosos.El narrador se asombra de la gran generosidad de Cristo al morir por nosotros, en una letra que loa el poder de conversión y de redención que ostenta la cruz. Hudson añadió un conocido estribillo que ahonda en esa idea: “En la cruz, en la cruz donde primero vi la luz, y me despojé de las cargas de mi corazón, fue allí, mediante la fe, donde recibí la vista y ahora estoy feliz todo el día”. Vamos ahora con algunas grabaciones del tema.
En primer lugar, escuchemos a Hank Williams.
Entre la ingente producción de Johnny Cash también se encuentra esta obra, que grabó en Sings Precious Memories (1975).
El grupo Shiloh lo interpretó en clave bluegrass.
Os dejo por hoy con George Younce, uno de los representantes del góspel sureño, quien le aplicó un arreglo totalmente diferente.