Eliana Soriano durante el Máster Final de Barcelona del Herbalife 3x3 Series. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Barcelona
Si fuera un animal, Eliana Soriano (Barcelona, 1989) sería un camaleón, pues se adapta rápido al entorno sin perder su esencia. A la alero del Lima Horta Bàsquet no le costó hacerse un hueco en Las Malas Mozas, el equipo que ha ganado los cuatro torneos del Herbalife 3x3 Series: "Sólo conocía, muy poquito y como rival, a Helena Oma. La verdad es que todas, Helena, Yure [Díaz], Marta [Canella] y Geo [Bahí] me han puesto las cosas muy fáciles". Eliana Soriano tampoco habrá tardado demasiado en amoldarse a la selección 3x3, con la que este fin de semana debuta en un torneo de la FIBA en Praga junto con Núria Martínez, Vega Gimeno y Aitana Cuevas.
—El crecimiento del 3x3 es imparable. Es vital que sea olímpico en Tokio 2020. Te engancha rápido. Oma y compañía me han ayudado muchísimo y me han ido metiendo en el 3x3. Había disputado algún torneo del Circuit Català, quizás dos. Cuando era más pequeña disputabas el 3x3 en verano y con tus amistades.
—¿Te parece que lleves más años en el club? ¡Tal cual! Todo el mundo me ha dado infinitas facilidades: el presidente, las compañeras, el cuerpo técnico, las niñas y los niños... La acogida ha sido brutal y no me creo que la siguiente sea sólo mi segunda temporada en el Lima Horta Bàsquet.
—El equipo se formó, sobre todo, entre jugadoras que se quedaron y las que llegasteis del Joventut Les Corts. Seguís casi todas. Muy buena señal tras una temporada en la que fuisteis de menos a mucho. Creo que hicimos una buena temporada. Hubo gente que al inicio de temporada decía: "¡Ostras, qué equipazo!". El caso es que éramos dos grupos de jugadoras que necesitábamos tiempo para conjuntarnos, entendernos y conectar. Como es normal, nos costó un poco conseguir ese objetivo. Es muy positivo que continuaremos ocho jugadoras. Este año vamos a reventar la Liga Femenina 2... —Eso suena, como mínimo, a disputar la fase de ascenso a Liga Día. Bueno, a mí no me gusta marcarme esos objetivos. —Si dices reventar, reventar es eso... Claro. Venga, vale, vale. ¡Te lo compro! [Risas)].