En la vida hay que tomar decisiones. Cuando tenía solo nueve años, tomé la decisión de ser rico. Tenía dos padres, uno rico y uno pobre. Mi padre verdadero, mi padre pobre, era muy instruido e inteligente, con un doctorado. El padre de mi mejor amigo, mi padre rico, nunca terminó el octavo grado. Ambos fueron exitosos en sus carreras y trabajaron muy duro toda su vida. Ambos tuvieron importantes ingresos, sin embargo, uno siempre pasó dificultades financieras.
El otro se convertiría en uno de los hombres más ricos de Hawái. Uno de ellos murió y le dejó decenas de millones de dólares a su familia, instituciones benéficas y a la iglesia. El otro dejó cuentas por pagar. Ambos me dieron sus consejos, pero no me aconsejaron lo mismo.
Ambos creían firmemente en la educación, pero no recomendaron la misma carrera. Si hubiera tenido solamente un padre, habría tenido que aceptar o rechazar su consejo. Tener dos padres me dio la opción de contrastar puntos de vista: el de un hombre rico y el de un hombre pobre. En vez de simplemente aceptar o rechazar uno o el otro, me vi pensando más, comparando y luego, eligiendo por mí mismo. El problema era que, en ese momento, el hombre rico no era rico aún y el pobre no era pobre aún. Ambos estaban al inicio de sus carreras y pasando momentos difíciles con el dinero y sus familias. Pero tenían opiniones muy diferentes acerca del dinero.
A los nueve años, elegí no escuchar a mi padre pobre, a pesar de que era él quien tenía los títulos universitarios. Decidí escuchar y aprender de mi padre rico sobre el dinero. En otras palabras, elegí ser rico. Las lecciones que aprendí de él son las lecciones que comparto ahora con usted. Cuando somos jóvenes, generalmente, otros toman las decisiones por nosotros. Cuando crecemos y maduramos, aprendemos a tomar nuestras propias decisiones, un proceso lento y continuo plagado tanto de felicidad como de frustración.
Ahora que ha removido las minas que bloqueaban su camino, piense en las características positivas que lo impulsarán hacia delante en su búsqueda de la libertad financiera. Estas son algunas fortalezas comunes en personas exitosas en los negocios y las inversiones:
*.. Visión:.la capacidad de ver lo que otros no ven.
*.. Coraje:.la capacidad de actuar a pesar del miedo.
*.. Creatividad:.la capacidad de pensar de forma única.
*.. Autoconfianza:.la capacidad de soportar las críticas.
*.. Autocontrol:.la capacidad de retrasar la recompensa.
Observe las personas a su alrededor que evidencian estas fortalezas. Intente emularlas. Y no olvide mirarse introspectivamente. ¿Existen áreas en su vida en las que haya exhibido dichas características? Nútralas y permita que se extiendan hacia su vida financiera.
PREPÁRESE.PARA.LA.OPORTUNIDAD.
Hasta el momento, se ha enfocado en cuestiones internas que tiene el poder de cambiar. Pero, ¿qué sucede cuando su ser interior se enfrenta con el mundo exterior sobre el que tiene poco control? En verdad, tiene más control sobre ese mundo de lo que cree. Se dice que "la suerte es lo que ocurre cuando se encuentran la oportunidad y la anticipación". Imagine a dos hombres caminando por la calle en un día de viento. Un trozo de papel vuela por la acera frente a uno de los hombres, luego frente al otro.
El primer hombre ignora el papel y mantiene los ojos en la cuadra de adelante. El segundo hombre observa el papel, se da cuenta de que es un billete de $20 dólares y lo levanta. Esa persona, ¿tiene más suerte? No. La misma oportunidad se le presentó a ambos hombres, pero solo uno de ellos estaba preparado para actuar. Cuando se trata de cuestiones financieras, es importante mantener los ojos y los oídos abiertos, y saber dónde se encuentra situado. Solo así detectará la oportunidad cuando se cruce en su camino.