Ella es tan dulce

Publicado el 20 agosto 2009 por Marijo

En estos días de este verano -que de verano tiene poco, por lo menos por aquí-, me he encontrado bastante liada de trabajo y sin muchas ganas para empezar un libro nuevo. Por lo tanto recurrí, como tantas otras veces, a releer alguno de esos que por alguna misteriosa combinación de palabras, frases e ideas ocupa un rincón de mis recuerdos.

Esta vez no ha sido precisamente por tener "mono" de SEP, bien sabe Dios el atracón que me he tenido que dar obligatoriamente hasta el día 8 de agosto, pero sí, mis ojos se clavaron en el sitio de la estantería donde estaba ELLA ES TAN DULCE.

No sé si lo había dicho alguna vez, pero con este libro terminé de enamorarme de la manera de escribir de SEP. En ese momento, sólo me había leído TOSCANA PARA DOS, que entonces me dejó impactada, sorprendida y con ganas de más, y que ahora reconozco que no es de los mejores libros de la autora.

ELLA ES TAN DULCE es un libro que adquirí y que tarde un poco en comenzar a leer, el argumento de la contraportada no me atraía demasiado y si lo compré fue por quién lo había escrito. Pero eso de "La chica que había logrado hacerse odiar por todos ha vuelto a Parrish, la pequeña ciudad que había jurado dejar para siempre. Como una princesa rica y malcriada, Sugar Beth Crey había destrozado corazones y arruinado amistades...." no me llamaba demasiado. No creo demasiado en la redención de las personas, sobre todo cuando son malas como la tiña, y Sugar Beth es la peor de todas ellas.

A estas alturas de la película no voy a descubrir nada nuevo del libro, pues has sido comentado y analizado en multitud de foros y webs, ha sido desmenbrenado por voces más capacitadas que la mía para el análisis de todas sus facetas, pero aún así, quiero dejar constancia de algunas grandiosas expresiones que yo suelo llamar "el toque SEP".

Sugar Beth me capturó en un sencillo párrafo con el que se resumía todo el desencanto de una vida:

"Como la hilera de casas con tejado de zinc que acababa de dejar atrás, Sugar Beth estaba un tanto deteriorada. El largo cabello rubio que le caía en remolinos sobre los hombros ya no brillaba tanto como antes, y los diminutos corazones de oro que adornaban los lóbulos de sus orejas ya no danzaban a un ritmo desenfadado. Sus labios frunci­dos ya no tenían ganas de esbozar sonrisas seductoras, y sus mejillas de muñeca habían perdido la inocencia hacía ya tres maridos".


Pero quien me encandiló de verdad, fue la propia SEP con escenas con diálogos como éste:

"-Hola, Ryan... -Sugar Beth entró alegremente en la cocina con un frasco de líquido desatascador en la mano.
Colin deseó estrangularla. "No has podido quedarte arriba hasta que Ryan se fuera. Oh, no. Para tu mente retorcida, eso equivaldría a una muestra de cobardía y ¿cómo dejar pasar un solo día sin hacer la vida difícil al mayor número de personas posible?"
-La ducha ya funciona de maravilla, Colin. Añade a mi sueldo los sesenta dólares que te habría costado el fontanero.
El café salpicó del tazón cuando Ryan lo dejó sobre la encimera con un golpe.
- ¡Me has dicho que la habías despedido!
-Y lo hice. Por desgracia, Sugar Beth todavía no ha aprendido a escuchar lo que le dicen".


O con descripciones como esta otra:

"Sugar Beth echó la cabeza atrás cuando Byrne hundió la cara entre sus muslos. Inspiró su esencia, como sólo lo hacen los hombres buenos. Los malos también, aunque no tenía por qué preocuparse de eso, siendo ella la única pecadora en la habitación. Colin le separó los muslos y le cubrió las nalgas con una mano".

Y por encima, cada capítulo es introducido por una cita de un libro de esa grandiosa escritora que es Georgette Heyer.

En fin, sólo quería dejar constancia que a veces, vale más la pena releer y redescubrir un libro que ya tienes en la estantería que arriesgarte con uno nuevo. SEP vale la pena siempre, y siempre que leo uno de sus libros descubro alguna cosa nueva, algo que me hace buscar algún tipo de información o alguna referencia que se me había pasado por alto.