Nacido en Long Island, Nueva York, en 1949, desde muy temprana edad comienza a sentir una pasión desmedida por la música y forma su primer grupo “The Rapscallions”, con el que se encargaba de amenizar las fiestas escolares y resulta vencedor de varios concursos para jóvenes promesas.
Su carrera, está marcada por dificultades y en un principio decide emprender un viaje por Europa, versionando canciones de Bob Dylan en diversos locales nocturnos de Roma para ganar algún dinero. Y también, aprovecha su otra faceta de actor, llegando a obtener un pequeño papel en la película “Roma” de Federico Fellini.
Por suerte para el rock, Murphy abandonó su idea de convertirse en actor y regresa a los Estados Unidos, dónde empieza a colaborar con artistas como Patti Smith, escribiendo canciones sin descanso e impregnándose del ambiente underground que se respiraba en los pubs de la gran manzana.
Centrándonos en el álbum, primero en su discografía, fue publicado en 1973 por el sello Polydor e incluye 10 pistas. Grabado en los estudios Record Plant y los Sterling Sound de Nueva York, destacaremos que todas las canciones que lo conforman fueron compuestas por Elliott Murphy.
Como ya es habitual, haremos una mención especial hacia el personal que hizo posible este magnífico disco: Elliott Murphy (voz, guitarra, teclados y armónica), Teddy Irwin (guitarra), Matthew Murphy (bajo), Frank Owens y Pat Rebillot (teclados), Tasha Thomas, Dennis Ferrante, Jim Mason, Eddie Mottau, Maretha Stewart, Linda November, Dick Wagner (coros) y Gene Parsons (batería).
Abre el elepé con el hit “Last Of The Rock Stars”, posiblemente su canción más identificable y de las más utilizadas en sus conciertos en vivo. Otros espléndidos cortes que completan el disco y muy elaborados instrumentalmente son “Hangin’Out”, “Graveyard Scrapbook”, “Marilyn” o “Hometown” en dónde apreciaremos su personalísima voz.
Quizás, Murphy sea la última estrella del rock and roll.