Ella se considera autosuficiente, así que no quiere nada de nadie.
Yo la conocí ayer.
Y ella lo intentó con el nuevo:
- Enrique, necesito 5€ ¿me los das?
Estas peticiones, aunque no son nuevas, siempre nos violentan. Quienes nos conocen, ya no las hacen, pues saben que nuestra respuesta va a ser negativa.
Pero hay quienes, como hoy Luisa, lo intentan con el nuevo.
Unas veces será el euro, otras, el bocadillo, otras,… Son demandas concretas para subsistir, pero que no van a cambiar nada en sus vidas.
En nuestro trabajo esto no sirve. No podemos caer en la trampa que nos ponen.
Son ataduras que nos ligan y que pretenden hacernos sentir mal cuando no accedemos. Y nosotros, más que nadie, hemos de estar con las manos libres para tener la mente clara y poder escuchar más allá de sus palabras, con el fin de poder ofrecer una relación sin ataduras que les ayude a buscar soluciones que les cambie la vida.