Lo que ha hecho Peter Jackson (de manera discutible para algunos), ha sido escoger imágenes del amplio archivo de la época y restaurarlas. Pero no se trata de una restauración al uso, sino de una remasterización y exhaustivo coloreado que consigue unos resultados sorprendentes a los ojos del espectador actual: se trata de un retrato muy verosímil de lo que sucedía en el frente de batalla y en los periodos de "descanso" de la tropa, incluyendo sonido y, lo que es más insólito, las voces recreadas de algunos soldados a través de la lectura de sus labios.
Así conocemos con un poco más de detalle la desgraciada vida cotidiana de los soldados británicos que sobrevivían en las trincheras del frente occidental, mientras escuchamos incesantemente testimonios de los mismos: de las plagas de ratas, piojos y pulgas, del frío, de los gases letales lanzados por el enemigo, del miedo y de los ataques salvajes y sin sentido contra las fortificaciones alemanas. Toda una generación diezmada, solo para conseguir una victoria que finalmente dio alas a los alemanes que plantearon una revancha veinte años más tarde, es homenajeada con gran respeto en esta gran obra de Peter Jackson.