En nuestra época hedonista, el movimiento Slow se guarda en la manga un as de marketing: ofrece placer. El dogma central del movimiento Slow es el de tomarte el tiempo necesario para hacer las cosas como es debido y, en consecuencia, disfrutar más de ellas. Sea cual fuere su efecto sobre el balance económico, la filosofía del movimiento Slow proporciona las cosas que realmente nos hacen felices: buena salud, un medio ambiente en buen estado, comunidades y relaciones fuertes y vernos libres del perpetuo apresuramiento."Mención aparte merece su apuesta por terapias alternativas que se han demostrado anticientíficas, como el reiki o la homeopatía, auténticas falacias que poco tienen de curativo más allá del efecto placebo que puedan producir en algunos. Respecto a la necesidad de ser dueños de nuestro tiempo, sigue siendo más recomendable la lectura del estimulante Elogio de la ociosidad, de Bertrand Russell o El derecho a la pereza, de Paul Lafargue..
Elogio de la lentitud (2004), de carl honoré. los dueños de nuestro tiempo.
Publicado el 14 marzo 2016 por MiguelmalagaEn nuestra época hedonista, el movimiento Slow se guarda en la manga un as de marketing: ofrece placer. El dogma central del movimiento Slow es el de tomarte el tiempo necesario para hacer las cosas como es debido y, en consecuencia, disfrutar más de ellas. Sea cual fuere su efecto sobre el balance económico, la filosofía del movimiento Slow proporciona las cosas que realmente nos hacen felices: buena salud, un medio ambiente en buen estado, comunidades y relaciones fuertes y vernos libres del perpetuo apresuramiento."Mención aparte merece su apuesta por terapias alternativas que se han demostrado anticientíficas, como el reiki o la homeopatía, auténticas falacias que poco tienen de curativo más allá del efecto placebo que puedan producir en algunos. Respecto a la necesidad de ser dueños de nuestro tiempo, sigue siendo más recomendable la lectura del estimulante Elogio de la ociosidad, de Bertrand Russell o El derecho a la pereza, de Paul Lafargue..