Mis queridos inmortales. Nuevamente yo para atormentarlos con literatura clásica y de calidad. ¿Por qué? Bueno, es que todos necesitamos aunque sea una vez conocer algo que no sea Twilight. Lo sé, muchos me maldecirán por decir lo anterior pero creo ferbientemente que es la verdad y nada más que la verdad. Es por eso que me he dado a la tarea de, además de leer esta joya, reseñarla. Para esto es necesario que, nuevamente, agradezca de todo corazón a mis maravillosos profesores que nos dejan este tipo de lecturas, mismas que nos hacen ver el mundo, la cultura y todo lo que nos antecede de una manera diferente. Y pues pasemos directo a la reseña.
Erasmo de Rotterdam, como era conocido, escribió esto, principalmente, para burlarse de sus contemporáneos. Miren que a todos nos gusta de vez en cuando soltar una que otra ironía respecto a nuestros conocidos pero él se ha pasado con creces y lo ha hecho en grande. Aclaro que no se trata de un texto particularmente largo. Pese a eso, a la impresión de que alguien pueda mantener ese ritmo satírico a lo largo de todo un texto, creo que se trata de un escrito corto y disfrutable que se pasa como agua entre las manos. Lo prometo. No es para nada pesado, al menos no para varios de nosotros. En los tecnicismos, ya que llegué a ellos de forma indirecta, aclaro que se requiere cierto nivel de entendimiento y conocimiento para apreciar más este escrito. Por la época en la que se creó (cerca del Neoclacisimo) era muy normal hablar sobre mitología griega de manera que, si no han leído por lo menos los mitos básicos, no van a entender muchas referencias y metáforas que de Rotterdam maneja. Fuera de eso, pienso que incluso su vocabulario, para la época, es relativamente sencillo y comprensible para el resto de nostros, simples humanos.
Bueno, ya que me he desviado del tema principal del párrafo anterior y terminé hablando sobre tecnicismos, es momento de hablar sobre el contexto. ¿Por qué es relevante?, se han de preguntar. Pues, como ya lo mencioné anteriormente, se trata de un escrito en el que se burla de sus coetáneos. En aquella época, a su ver, la iglesia estaba corrupta. Muchas cosas debían ser cambiadas para mejorar y apegarse más a las Sagradas Escrituras. De manera que lanza esto exponiendo sus puntos primarios en los que menciona cosas como el poder buscar la paz de Dios a través de uno mismo, sin necesidad de la Iglesia como mediador. En un tiempo en que la Iglesia y el estado eran lo mismo, eso fue una blasfemia en toda regla y, encima, le quitaba algo de poder a los que siempre habían mandado. Es por esto que este escrito tiene tanto peso histórico. Claro que en corto les diré qué me ha gustado como para reseñarlo.
Pues bien, les cuento que se trata de un escrito muy ligero, lo que a veces es sorprendente tomando en cuenta el momento en el que se creó. Su contenido es muy divertido, sobre todo cuando uno comprende la mayor parte o todas las metáforas que el hombre usa. El tono satírico es indudable y, por encima de todas las cosas, se encuentra su personaje principal. Se trata de la Locura (o estulticia, necedad, estupidez, como se trata en diversas versiones). Ella nos cuenta cuáles son las ventajas de, por momentos, dejarse llevar al menos un momento por su perosna y las de sus hermanas. La manera en la que lo hace, justificando su existencia y poniéndola como, incluso, algo necesario, es entretenida y a veces nos deja pensando. Esta característica, pienso yo, es una de las que más me agradan. No sólo te dice las cosas, sino que te deja pensando, te hace cuestionarte hasta qué grado tus creencias están tan bien como siempre has pensado. Tomando esto en cuenta se trata de un texto completo. Tiene de todo, incluso una función didáctica.
Ya para terminar mi reseña, se lo recomiendo a todo el que haya leído aunque sea una pequeña parte de los mitos griegos o a todo el que quiera, por otro lado, investigar los mitos conforme vayan saliendo. Eso también es muy buena idea. Se lo recomiendo a todos los adultos con un criterio amplio y ganas de enterarse de las múltiples cuestiones que existen en la literatura. Claro que también a todo el que quiera pensar sobre sí mismo, sobre sus creencias y las cosas que parecen estar bien pero quizá no lo estén tanto. A las personas demasiado creyentes que se sientan fácilmente ofendidas les recomiendo que prescindan del libro y se busquen otra cosa que leer.
Por lo demás, como siempre espero sus comentarios para darles pronta respuesta y si son de esas maravillosas personas que recién llegan al blog, no olviden seguirnos para tener siempre al primer momento la notificación de nuestra siguiente reseña.
Saludos enormes,