El domingo pasado probé el brunch en The Comet, un bar-restaurante cerca de casa famoso por sus sesiones de música bluegrass y por su comida tex-mex (a la que dedicaré una entrada en el futuro). Pedí "Coconut french toast with vanilla custard and caramel¨ (el plato de la foto). Lo que aquí llaman ¨french toast¨no es una tostada ni tiene nada de francés, más bien se parece a nuestras torrijas. En este caso, iba espolvoreado con coco rallado y azúcar glas, y acompañado de una crema de vainilla y caramelo. Lo que se ve en la parte derecha del plato son patatas fritas, un sabor salado que contrastaba de maravilla con la dulzura de la torrija. Estaba todo buenísimo y a juzgar por la cantidad de gente en el restaurante, los demás clientes estaban tan contentos como yo. Mi consejo: no dejéis pasar la oportunidad de ir de brunch si alguien os lo propone. La experiencia gastronómica vale la pena.
El domingo pasado probé el brunch en The Comet, un bar-restaurante cerca de casa famoso por sus sesiones de música bluegrass y por su comida tex-mex (a la que dedicaré una entrada en el futuro). Pedí "Coconut french toast with vanilla custard and caramel¨ (el plato de la foto). Lo que aquí llaman ¨french toast¨no es una tostada ni tiene nada de francés, más bien se parece a nuestras torrijas. En este caso, iba espolvoreado con coco rallado y azúcar glas, y acompañado de una crema de vainilla y caramelo. Lo que se ve en la parte derecha del plato son patatas fritas, un sabor salado que contrastaba de maravilla con la dulzura de la torrija. Estaba todo buenísimo y a juzgar por la cantidad de gente en el restaurante, los demás clientes estaban tan contentos como yo. Mi consejo: no dejéis pasar la oportunidad de ir de brunch si alguien os lo propone. La experiencia gastronómica vale la pena.