A mediados del siglo XIX, Elvira y su sirvienta Zou Zou viajan a París, para participar en un espectáculo de can-can. Mientras cruzan Carpathia, son recogidas por el doctor Bradley, que las invita a pasar la noche en el castillo de Vladimere Hellsubus. Una vez allí, empiezan a ocurrir cosas extrañas y Elvira descubre que tiene un extremado parecido con la fallecida esposa de Lord Hellsubus...
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y la verdad es que es una frase que rezuma sabiduría popular y suele estar en lo cierto. Pero claro, si una película llega con la etiqueta de segunda parte y no es tal, y en el caso de que dicha primera parte no sea gran cosa, ¿que nos queda? Eso es lo que le ocurre a Elvira's Haunted Hills, una película del 2001 protagonizada por el célebre personaje kitsch popularizado por Cassandra Peterson que surge siguiendo la estela cinematográfica que dicho personaje iniciara en 1988 con Elvira: Reina de las Tinieblas (Elvira: Mistress of the Dark). No hace mucho os ofrecía mi impresión de esa primera película y llegaba a la conclusión de que estábamos ante un film de serie B realmente cutrongo, pero con ese buen sabor ochentero, con tintes de comedia y/o humor negro y un subtexto alegórico a la libertad y la liberación de la mujer. Hoy, vista la segunda parte, mucho me temo que las cosas han ido claramente a peor...
Para empezar, se saca de contexto al personaje y se le sitúa en pleno siglo XIX, pero sin adaptarlo a dichos tiempos. Es por eso que veremos chascarrillos y comportamientos propios de finales de siglo XX y principios del XXI, quedando fuera de lugar. Se sigue apostando por la comedia, pero en este caso basada mucho más en lo absurdo y en un humor claramente más simple que funciona sólo en ocasiones. De la historia, pues poco que contar, porque no es nada innovadora y apenas si aporta algo al género: es un guión con bastantes tópicos y donde vuelve a tener protagonismo el escote de la señorita Elvira.
Tiene sus cositas positivas, tengo que reconocerlo, como ese tono de constante homenaje al cine de terror de antaño, sobre todo a esas películas sesenteras de Vincent Price (a quien está dedicada la película) como El Péndulo de la Muerte o La Caida de la Casa Usher. Los decorados recuerdan bastante a ese tipo de producciones y se encuentran entre lo más logrado del film, ya que los efectos especiales son escasos y de muy baja calidad (debería mencionar que el presupuesto de la película fue de apenas un millón y medio de dólares y que fue rodada en Rumanía...). El reparto no es que destaque por su calidad interpretativa. Cassandra Peterson ya sabemos cómo se las gasta en el papel de Elvira, y no cabe duda de que lo hace genial, pero el personaje es lo que es y da para lo que da. Quizás debamos mencionar a Richard O'Brien, famoso por interpretar a Riff-Raff en la película de culto The Rocky Horror Picture Show, y que aquí da vida a un personaje estrafalario con una actuación basada en el exceso.
Resumiendo: tenemos el mismo personaje que en la película de finales de los '80 pero sin ese encanto ochentero que hacía especiales los films de dicha época. Se queda a mitad de camino entre la comedia y la historia de terror gótico, con lo que no dejará contento a casi nadie, exceptuando a los incondicionales del género o los fans del personaje de Elvira.