Emanuel Ginóbili: el mejor de todos

Publicado el 24 abril 2010 por Gonza_z
El básquet es el deporte más inteligente de todos. Mejor dicho, es el que requiere de más dedicación, más trabajo y más sabiduría a la hora de jugarlo. A diferencia del fútbol que en una jugada de los 90 minutos se puede terminar el encuentro, en el baloncesto se requiere de una concentración máxima para llegar al final del partido ganando o doble a doble. Ir perdiendo por 15, 20 o 30 puntos en el tercer cuarto significa perder el 90% del partido. Este hermoso deporte, de orígen norteamericano, no tiene la popularidad del fútbol a nivel mundial. Pero está la NBA. La liga estadounidense de básquet: la meca del deporte. Por la calidad de los jugadores, porel fanatismo de la gente y, sin dudas, por el poderío económico que posee.

En Argentina no caben dudas que el fútbol se lleva todos los elogíos. Por su historia, por su calidad, por la participación de los equipos en torneos internacionales, por Maradona y tantos otros talentos. El básquet, siempre por detrás, fue tejiendo una rica historia. Antes, organizados regionalmente en torneos y ahora, gracias al aporte de León Najnudel, existe una competitiva Liga Nacional de Básquet.
Emanuel Ginóbili es hijo de esta liga. Con una zurda inmortal, supo demostrar que era diferente a sus compañeros y colegas. Debutó cen primera división con Club Andino de La Rioja en el año 1995. A partir de allí, nada fue igual para él y su familia. Tras jugar en varios equipos en Argentina, fue transferido al Reggio Calabria italiano. En 1999 fue seleccionado en el Draft de la NBA para jugar en San Antonio Spurs, pero prefirió quedarse y defender la camiseta del Kinder Bologna. Allí logró consagrarse como uno de los mejores jugadores del viejo continente (dos Copas de Italia 2001 y 2002, siendo el MVP de la segunda, una liga italiana 2001, siendo también el MVP de la misma y una Euroliga 2001, siendo el MVP de las finales. También fue seleccionado para jugar el All-Star en tres ocasiones).
Número puesto en la Selección, fue uno de los artífices de la victoria más recordada de todas. Mundial de Indianápolis, selección estadounidense con todas sus estrellas y un humilde equipo argentino jugó se mejor estrategia para ganar y escribir una historia memorable. Lamentablemente, ese campeonato se escapó por muy poco. Hecho que generó mucha impotencia pero incremento la sed de hambre y gloria. Hambre saciada con la magnifica actuación en los JJ.OO de Beijing ganando la medalla de oro con victorias rutilantes ante EE.UU y equipos importantes de Europa.
Consagrado en Europa, Ginóbili no tuvo otra opción que apostar y pensar en la NBA. Los Spurs fueron de su partida y en San Antonio terminó de consagrarse como el mejor jugador argentino de baloncesto. En 2003 se convirtió en el primer compatriota en ganar un título. No se quedó ahí. Ganó dos más en 2005 y 2007. Recientemente, superó los 10 mil puntos y firmó un suculento contrato por 40 millones de dólares por tres años.
Ginóbili está lejos del resto. Por eso no se le puede pedir más. Lo que venga de aquí en adelante es un regalo, es extra. El bahiense ganó todo y por eso se convirtió en el mejor de todos.