Proteger el producto es proteger a nuestro cliente.
Cada vez que llega una mercancía dañada a la casa de nuestro cliente, se produce una situación que compromete la relación que tenemos con él o la relación que tenemos con el cliente final destinatario. Esta es una fuente de preocupaciones sobre la que se han escrito centenares de páginas, pero...
Estamos haciendo lo suficiente para que esto no ocurra.
Cuando preparamos un pedido o necesitamos entregar una mercancía de características especiales, debemos calcular las mejores opciones de envío, pero también como va a ser embalada esta mercancía: a circunstancias especiales profesionales especialistas.
Es básico, para lograr la satisfacción de nuestro cliente, conseguir dibujar una sonrisa en su cara al comprobar que la mercancía ha llegado sin novedades al destino. La preocupación por saber la suerte que corren los envíos genera estrés en el cliente, que debemos pensar en cómo reducirlo por medio de nuestras acciones.
Vamos a empezar con algo básico, cada cosa con su embalaje:
- Unidad de Consumo: El tamaño más pequeño para la venta al consumidor.
- Unidad de distribución: La menor cantidad para el distribuidor.
- Unidad de servicio: La menor cantidad agrupada para manejo, almacenaje y transporte.
- Unidad de transporte: Cantidades que justifiquen los gastos del mismo.
Pensando en: a quien y como nos dirigimos, podemos tener una idea clara de cómo debemos embalar y tratar las mercancías, que junto a sus características, tamaño, dificultad de transporte, etc. Nos dará la unidad de carga final, que estará adaptada a las características del Producto y será la aportación a la logística de una parte fundamental y resuelta. La unidad de carga, será el soporte que integre funcionalidad, protección y manipulación que dará como resultado final el éxito en la entrega sin contratiempos.
El reto del embalaje
Siempre tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones y resolver los retos que nos plantean nuestros clientes aportando el valor que da, trabajar en equipo con profesionales que sepan lo que corresponde hacer en cada momento. La logística de mercancías de características especiales merece la reflexión de, si estamos preparados para hacer nosotros el trabajo o valorar si es necesario hablar con profesionales.
Mirando estos ejemplos caben pocas dudas:
Siempre hay una solución adecuada para cada problema y es nuestra labor encontrarla. Recordemos que nuestro cliente se merece la tranquilidad que da la confianza del trabajo bien hecho. Tratar cada envío como si de un cliente nuevo se tratara, nos obliga a pensar, planificar y ser exigente con nosotros mismos y con nuestros colaboradores.
Nuestro agradecimiento a los profesionales :
CEO ESI & Club AlmacenaliaPor ayudarnos a redactar este post.
Jose Carlos Gisbert