Juntos a los beneficios para la madre, existen estudios que determinan que una correcta hidratación revierte en la salud del niño. A corto plazo, el agua es el elemento responsable de que los nutrientes que ingiere la madre lleguen hasta el feto. Además, añadió Aranceta, “evitará la aparición de determinadas enfermedades en el futuro”. Si durante la gestación del feto es recomendable incrementar el consumo de agua, lo es más durante la lactancia. Es en ese periodo cuando el recién nacido precisa mayor cantidad, ya que el 90% de la leche materna está compuesta de agua. Para ello, el organismo incrementa la sensación de sed en la madre para favorecer la ingesta hídrica. Así, la Asociación Española de Pediatría recomienda que el bebé se alimente durante los seis primeros meses de vida con leche materna, porque “asegura un crecimiento y desarrollo óptimo, mayor protección inmunológica y fortalece el vínculo materno filial”, explica la doctora Ayala López. Cada día, el niño necesita tomar entre un 10 y 15% de su peso en agua. Además, la Senc considera fundamental que los profesionales sanitarios presten más atención a este asunto “planteando directrices de actuación en los programas de salud materno-infantil, preparación al parto y educación nutricional en la etapa infantil”. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) publica, en colaboración con Solán de Cabras, la primera monografía sobre la importancia de una correcta hidratación durante el embarazo y la lactancia, con el objetivo de cubrir estas necesidades. Fuente: La verdad.es
Juntos a los beneficios para la madre, existen estudios que determinan que una correcta hidratación revierte en la salud del niño. A corto plazo, el agua es el elemento responsable de que los nutrientes que ingiere la madre lleguen hasta el feto. Además, añadió Aranceta, “evitará la aparición de determinadas enfermedades en el futuro”. Si durante la gestación del feto es recomendable incrementar el consumo de agua, lo es más durante la lactancia. Es en ese periodo cuando el recién nacido precisa mayor cantidad, ya que el 90% de la leche materna está compuesta de agua. Para ello, el organismo incrementa la sensación de sed en la madre para favorecer la ingesta hídrica. Así, la Asociación Española de Pediatría recomienda que el bebé se alimente durante los seis primeros meses de vida con leche materna, porque “asegura un crecimiento y desarrollo óptimo, mayor protección inmunológica y fortalece el vínculo materno filial”, explica la doctora Ayala López. Cada día, el niño necesita tomar entre un 10 y 15% de su peso en agua. Además, la Senc considera fundamental que los profesionales sanitarios presten más atención a este asunto “planteando directrices de actuación en los programas de salud materno-infantil, preparación al parto y educación nutricional en la etapa infantil”. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) publica, en colaboración con Solán de Cabras, la primera monografía sobre la importancia de una correcta hidratación durante el embarazo y la lactancia, con el objetivo de cubrir estas necesidades. Fuente: La verdad.es