Un nuevo estudio llevado adelante por un grupo de científicos canadienses ha revelado que existe un incremento importante en la tasa de muertes del feto durante el tercer trimestre de gestación en aquellas mujeres que se declaran como fumadoras pasivas, es decir, aquellas que conviven con un fumador aunque no fumen directamente.
Las mujeres que estén embarazadas y vivan o trabajen con fumadores corren serios riesgos de dar a luz a su bebé muerto o de tener un hijo con bajo peso al nacer, con chances también de tener niños con la cabeza más pequeña de lo normal, según indicaron los especialistas, en la voz de Joan Crane, de Eastern Health en St. John’s, Canadá, e BJOB: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology:
“Esta información es importante para las mujeres, sus familias y los proveedores de atención médica”…”El humo que se desprende del cigarrillo encendido contiene muchos químicos dañinos y en mayor concentración que el humo inhalado a través de un filtro”.
Los químicos del humo del cigarrillo perjudican al feto de varias formas, por ejemplo, limitando el flujo sanguíneo y dañando la placenta del niño dentro del vientre. El estudio se realizó en base a una base de datos de mujeres embarazadas en las provincias canadienses de Newfoundland y Labrador, notando las tasas de niños muertos o con malos resultados durante el nacimiento como cabezas más pequeñas, relacionándo ésto con el posterior desarrollo intelectual.
“Ahora podemos informar a las pacientes que el humo de segunda mano puede hacer pierdan a su bebé”…”Debemos poner en marcha leyes para proteger a estos bebés”.
No cabe ninguna duda entonces que el tabaquismo es sumamente peligroso en todos los aspectos de la vida del bebé, tanto durante su desarrollo dentro del vientre materno, como fuera, cuando el niño mismo se convierte en un fumador pasivo.
Vía | Calidad de Vida
Foto | Health