Embargados

Publicado el 16 noviembre 2014 por Deusexmachina @DeusMachinaEx

Quizás no todo el mundo está familiarizado con el concepto de embargo dentro del periodismo especializado (no confundir con que el banco te embargue la casa). Las distribuidoras mandan una copia promocional del juego a cada uno de los medios y establecen una serie de condiciones: “No hables de tal giro de guion a mitad de la aventura, no desveles el verdadero origen del protagonista, etc”. Entre estas imposiciones se encuentra la fecha de embargo, es decir, la fecha a partir de la cual se puede publicar el texto sobre dicho juego o material audiovisual capturado por el redactor. En ocasiones se firma un contrato de confidencialidad y en otras no, pero el resultado de romper un embargo suele ser perjudicial para la relación distribuidora-medio.

Este artículo viene a colación del reciente Assassin’s Creed: Unity (Ubisoft, 2014). El embargo vencía el 11 de noviembre a las 18h (hora española). Este día era el mismo día de lanzamiento del juego en Estados Unidos y seguramente cientos de unidades ya se habían vendido gracias a las aperturas de medianoche antes de que el embargo hubiera acabado. La principal función de los medios especializados es informar al usuario de qué se va a encontrar cuando compre un determinado producto, pero en este caso era imposible hacerlo porque la misma compañía distribuidora tenía a la prensa atada de pies y manos.

La relación entre distribuidoras y medios es un tema harto difícil. Las primeras quieren que su juego se lleve la mejor nota, mientras que los segundos quieren plasmar la realidad (al menos ésa es la teoría). El problema viene cuando se establece una relación de dependencia. Si una distribuidora no te ofrece sus juegos antes del lanzamiento, tu revista no va a contar con su respectivo análisis y el usuario irá a otra revista para satisfacer su necesidad. El mundo del periodismo en general y de éste en particular está lastrado por los intereses de las empresas involucradas. Es un problema muy complicado de resolver, si no imposible.

Sin embargo el sistema como tal es muy válido. De no ser así, el momento en el que los medios reciben la copia del juego sería el pistoletazo de salida en una carrera en la que el primero que se salga gana. Ya se sabe que en la actualidad lo que prima es la inmediatez, no la calidad ni la exhaustividad. El primero que saque el análisis es el que se lleva la mayoría de las visitas. El embargo consigue que haya una cierta igualdad de oportunidades. Evidentemente, no es un sistema perfecto. ¿Qué pasa si se ha recibido el juego con poco margen de tiempo con respecto al embargo? Si no sacas el texto en el momento del embargo, ya no vale y se queda obsoleto.

Como se suele decir, hecha la ley, hecha la trampa. Este sistema lo pueden utilizar a su favor las compañías, como ha ocurrido con Assassin’s Creed: Unity. Ubisoft, consciente de que su obra no está tan pulida como debería, ha forzado una fecha de embargo hasta el mismo día de lanzamiento. No en vano ya intentó ganar algo más de tiempo retrasando la fecha de estreno un par de semanas.

Al igual que los embargos se pueden utilizar como un arma de defensa o un intento de control de daños, también se pueden aprovechar para mostrar la confianza que se tiene en el producto. No hace falta irse muy lejos, sino a ese mismo día, 11 de noviembre, en el que por la mañana saltaban los primeros análisis de Dragon Age: Inquisition (Bioware, 2014). La prensa, prácticamente a una sola voz, ha alabado el buen hacer de Bioware. Electronic Arts ha sacado pecho, orgullosa, y ha dejado salir los textos una semana antes de su lanzamiento en Estados Unidos (18 de noviembre, tres días más tarde en Europa).

Parece ser que los medios están empezando a reaccionar ante las compañías que utilizan su posición de favor para beneficiarse. Kotaku ya ha publicado un comunicado en el que, a partir de ahora, se negará a cumplir embargos que vayan más allá del lanzamiento del juego. Seguramente, no serán los últimos en pronunciarse.

Otro caso de lo más actual. El 12 de noviembre IGN hizo público que Sega les había negado las copias promocionales de Sonic Boom: Rise of Lyric (Big Red Button Entertainment, 2014) para Wii U y Sonic Boom: Shattered Crystal (Sanzaru Games, 2014) para Nintendo 3DS. Kotaku también ha manifestado que no ha recibido ninguna copia. Parece ser que ningún medio la va a recibir y los análisis que aparezcan en la Red serán de juegos comprados por los redactores. Muchos usuarios ya han informado de que la última entrega del erizo azul está repleta de bugs, tanto gráficos como jugables, algunos incluso impiden avanzar a partir de un punto o saltarse el 80% del juego.

Quiero quedarme con la parte positiva del asunto. Tengo la sensación de que la prensa de videojuegos se está volviendo algo más crítica y exigente. El nombre de Assassin’s Creed no resulta ser tan fuerte como para obviar todos los bugs que contiene. Los medios se empiezan a posicionar en contra de actitudes que no benefician al sector y también se han vuelto más transparentes con las cosas que ocurren dentro de la redacción. Si no son capaces de llegar a la fecha del embargo, lo dicen o simplemente retrasan el texto unos días, como hicieron Edge y Eurogamer con Sim City (Maxis, 2013). GameSpot no llegó a tiempo al día D de Gears of War: Judgement (People Can Fly, 2013) y prefirió publicar unas impresiones previas al análisis definitivo. Antiguamente, en una revista de papel, esto no se podía hacer, pero ahora Internet nos da muchas herramientas que podemos utilizar para dar un mejor servicio. Videogamer fue un paso más allá y dijo públicamente que, debido a un desacuerdo en el contrato de confidencialidad de Tomb Raider (Crystal Dynamics, 2013), su texto estaría disponible más tarde.

La entrada Embargados es 100% producto Deus Ex Machina.