Hay orquestas totalmente permeables a repertorios y directores, capaces de afrontar con calidad y solvencia obras de los más variopintas, y la LPO es una de ellas. Sonido compacto, potente pero sin estridencias, secciones equilibradas con solistas seguros, y sobre todo amoldables a cualquier director, pero si además al frente está su titular Vladimir Jurowski el resultado final es un telar lleno de matices y detalles que con otro "tejedor" no lograrían el mismo resultado. Cuidar los detalles sonoros desde la propia "colocación Temirkanov", con los metales en línea de trompas a trompetas y trombones más tuba, bronces de sonoridades aterciopeladas, hasta unos fagots de sonido abierto (cercano al saxo), sin olvidar el resto de maderas empastados a más no poder, y sobre todo esa cuerda vibrante con los violines enfrentados pero unidos, unas violas presentes dando texturas casi olvidadas, unos cellos redondos bien marcados y los siete contrabajos a la izquierda que dan la seguridad del buen cimiento y los hilos gruesos contrastando con las sedas. No olvidarnos de una percusión siempre en su sitio, y las dos arpas más el órgano final del concierto, todo ello tejido desde una dirección de envidia: sin aspavientos, economía de gestos y cada uno preciso pero también precioso, sin perder una entrada ni un detalle, un gusto contemplar cómo se conduce una gran orquesta con un dominio de las dos obras que resultó apabullante. Por algo está considerado desde hace años uno de los grandes... de casta le viene al galgo, formado en Alemania y triunfando también en la ópera de medio mundo. Más lo que todavía le queda por delante.
- Obra llena de recovecos que cada gesto iba descubriéndonos, el Lento lugubre realmente de "ardiente tristeza de la desesperación" y también de "potencias infernales", sonoridades increíbles sonsacadas con levedad en el gesto y siempre adelantándose lo preciso para el perfecto reflejo sonoro con intervenciones hermosas del clarinete bajo;
- el Vivace con spirito fue mágico como "un hada del Naranjo de Bulnes... en medio del arco iris producido por una cascada", el más puro y duro Tchaikovsky dibujado más allá de la literatura gótica inglesa con una orquesta que respondía a todo lo que el director ruso le pedía, sin olvidar una dinámica envidiable para la "disolución progresiva" y el desvanecimiento de Manfredo;
- en busca de las cabañas en los Lagos Enol o Ercina resultó el Andante con moto, paisaje imponente donde la meditación vino del corno inglés, clarinete y trompa hasta que la realidad la devuelven las trompetas con unas campanas fuera de escenario que parecían las de Covadonga al atardecer de nuestros otoños con neblina;
- quedaba la orgía infernal, la bacanal sonora del Allegro con fuoco, fuego vibrante y controlado que no quema sino luminoso y con calor, pastoril atardecer que nos hizo vibrar casi una hora donde el tiempo cronológico y el climatológico se dieron la mano.