Artista: Emerson, Lake & Palmer
Álbum: Pictures at an Exhibition
Año: 1971 - 2016
Género: Rock sinfónico
Nacionalidad: Inglaterra
"Pictures at an Exhbition" es una fiel demostración de lo que era la banda. La banda tomó la obra del gran compositor Mussorgsky y la adoptó a su estilo. Y por supuesto que el encargado de esto era Emerson. Y lo más fabuloso de todo esto, es que el disco es en vivo!! Hermano, lo que habrá sido presenciar esto!. y me parece que no hace falta escribir desmasiado sobre esta notable obra que traemos ahora gracias a LightbulbSun y al Mago, en todo hay que escucharla y volver a escucharla de nuevo, pero si quieren pueden leer lo que dice el señor Wikipedia sobre esta obra...
Pictures at an Exhibition (en español Cuadros de una exposición) es el primer álbum en vivo, de la banda de rock progresivo Emerson, Lake & Palmer, grabado en directo en 1971 y lanzado en 1972, con música adaptada de la obra de Modest Músorgski a partir de la orquestación de Maurice Ravel. Es uno de los documentos más significativos de la era del rock progresivo. Anteriormente, este trabajo había sido la pieza central del repertorio de la banda en el Festival de la Isla de Wight en 1970.Wikipedia
Otro enorme trabajo de los ELP, pero esta vez con la diferencia que se atrevieron a grabar en vivo el que fue su tercer proyecto de su inmensa discografía, un verdadero desafío, por la tecnologia vigente en ese entonces y por el desarrollo instrumental del trío, pero del cual salieron airosos.Mago Alberto
Una enorme obra clásica del ruso Mussorgsky adaptada al frenesí moderno -en especial de los teclados de Emerson- aunque cobra especial valor también que en varios fragmentos de la obra se atrevieron a incluirle letras. Ahora bien, cuando en aquellos albores de los 70 apareció este disco despertó una singular controversia, porque hasta ese momento los grupos de rock progresivos/sinfonicos, si bien coqueteaban incipientemente con la música clásica, fueron los ELP quienes se dedicaron de lleno a asumir ese desafío tan particular de fusión.
El impacto que provocó este disco fue como un martillo neumático en la frente de una vaca, algunos lo recibieron encantados mientras otros se preguntaban ¿qué carajo es esto?, pero a través del tiempo se posicionó como uno de los proyectos más originales de la música contemporánea, tal fue su influencia que luego fue adaptado también por otros músicos copiando la fórmula de los ingleses.
Otro detalle importantísimo fue el despliegue de Keith Emerson con su arsenal de teclados y el protagonismo absoluto del Mini-moog, un instrumento que a partir de este disco fue casi el niño mimado dentro de la esfera del rock porque no hubo casi ningún grupo de la época que no adoptara el moog en sus producciones. Es más, podríamos resumir casi todo el sonido de esa fabulosa década en dos instrumentos muy singulares: el mellotron y el mini-moog.
En un principio "Pictures at an Exhibition" estaba programado para ser transformado en una nueva mezcla por Steven Wilson, pero que luego terminó siendo un proyecto de la misma índole pero de las manos de Andy Pearce y Matt Wortham, quienes realizaron un nuevo mix en 2016 a partir de las cintas analógicas originales.
Esta presentación deluxe se complementa con dos versiones más en vivo, una, de la primigenia visita al continente americano realizada en 1972 por el trío en el "Mar Y Sol Festival", en San Juan de Puerto Rico, y la otra presentando la misma obra en el Lyceum Theatre el 8 de diciembre de 1970.
Cabezonas/es; acá tienen moog para que tengan y para que guarden, uno de los discos más vendidos de ELP, cerrando quizás una trilogía de nuevas mezclas y remasterizaciones.
Modest Mussorgsky (Rusia, 1839-1881) fue uno de esos genios raros que ha dado la humanidad, una perla única. En contraste con su capacidad extraordinaria de escribir música muy adelantada, arrastraba problemas mentales por los que necesitó ayuda de las personas de su alrededor para el día a día. Era capaz de concentrarse en una música compleja en medio de una habitación llena de gente de fiesta, pero no de gestionar los palos que le fue dando la vida, que aprendió a "resolver" a lingotazos. Un conocido retrato suyo realizado poco antes de su muerte, apenas entrando en la cuarentena, muestra la imagen de un auténtico borrachín pirado con la mirada perdida, y parece captar con fidelidad la esencia de un alma errática y torturada que no podía consigo misma.
Sin embargo su legado contribuyó a dinamitar los ya débiles cimientos de la tonalidad y de la tradición musical en general gracias a un espectacular olfato para detectar y desarrollar la belleza a partir de elementos poco ortodoxos. Este hombre nos ayudó mucho a todos. Fue uno de esos creadores que hacen avanzar el arte a base de no plegarse a unas normas estéticas que no necesitaba y que además no estudió en profundidad, avance que se consumó gracias al influjo que ejerció sobre algunos de los más grandes autores europeos inmediatamente posteriores, como Debussy o Ravel, que de alguna manera continuaron su labor. Por esto llama mucho la atención que Rimsky-Korsakov, un compañero suyo de generación que había estudiado música en Europa, metiera mano en su obra (una vez muerto Mussorgsky) para adaptarla a los cánones cuadriculados que traía en la mochila. Con mejor o peor intención, este señor reescribió, adaptó o retocó todo aquello que le pareció "irregular", inapropiado, de unas obras que sin duda admiraba y (sospecho que) envidiaba. Las corrigió, el muy melón. Para que nos entendamos, esto viene a ser como si yo contrato una cuadrilla de tipos para dar con la llana a un palacio de Gaudí hasta convertirlo en algo más parecido al monasterio de El Escorial, porque opino que el autor tiene su punto pero el palacio “está mal”. ¿Qué hacen ahí todas esas curvas, esas locuras asimétricas? Fuera todo. La belleza es geométrica y clásica, o no es.
El problema es que estos "tuneos" son los que mayormente han trascendido. Esta aberración sistemática, que ante la historia hace quedar a Rimsky-Korsakov señalado para siempre por el dedo amarillo de Nelson, provocó durante mucho tiempo que una parte importante de la obra de Mussorgsky llegara hasta nosotros filtrada por la mano de su "amigo". Desde hace algún tiempo se vienen realizando grabaciones y ejecuciones de la obra original, pero el daño ya está más que hecho, no tiene buena vuelta atrás. Tengamos en cuenta que el destino final de esta música es ante todo un público que, por más que se vista como para una boda, lo que quiere es pan y circo aunque sea en su modalidad finolis. Gente que en su gran mayoría no va a exigir la rectificación histórica de un agravio que ni les consta.No obstante, una de las más importantes obras de Mussorgsky llegó intacta a nosotros: los conocidísimos Cuadros de una exposición, por lo que sea, se libraron de pasar por el ignominioso destructor de documentos de Rimsky-Korsakov. Se trata de una maravillosa pieza extensa para piano que explota las capacidades del instrumento mucho más allá de sus confines conocidos, extrayendo de él colores que parecen salidos de no se sabe dónde y haciendo un uso exhaustivo de una gran cantidad de elementos armónicos, melódicos y rítmicos muy avanzados para su época. Los Cuadros de una exposición, bien tocados en su versión original, son una de esas cosas que uno no puede morir sin escuchar.
La obra hace honor a su nombre: está basada en las pinturas que expuso en cierta ocasión un amigo del autor, y nos va llevando de un cuadro a otro con intención evocadora, produciendo una auténtica inmersión mágica en cada uno de los ambientes. Entre cuadro y cuadro van sonando diversas variantes (a cuál más bizarra) del meditabundo tema principal, el “paseo”, que representa el pequeño camino que realiza el visitante para acercarse al siguiente lienzo. A lo largo del recorrido contemplaremos entre otras cosas un bello castillo, una carreta de bueyes a la que poco le falta para pasarnos por encima, unos pollos bailando en su cascarón, una discusión entre dos personas por dinero, el bullicio de un mercado, la oscuridad absoluta de unas catacumbas… hasta llegar a los dos impresionantes números finales: el frenético deambular de la cabaña con patas de gallina, en la que vive la bruja Baba-Yaga, devoradora de niños, y la majestuosidad aplastante de la Gran Puerta de Kiev. Tras estas dos apisonadoras, si no te sientes como llegado de un largo viaje por parajes poco transitados de tu alma es que no estás vivo, o que no has escuchado la obra entera con atención. O que la han tocado de pena, que también puede ser. Shit happens.
La versión que se suele escuchar una y otra vez en grabaciones y conciertos es la orquestación que hizo Maurice Ravel, y hay que reconocer que el autor francés, famoso entre otras cosas por su intuitivo uso de la paleta sinfónica, resolvió magistralmente la papeleta. Tradujo los sutiles colores pianísticos al lenguaje orquestal hasta un punto en que se puede llegar a afirmar que mejoró la obra, aunque yo me aferraré al original para piano hasta el fin, y aprovecho para pedir (atención: dramatización) que cuando la casque me incineren con la versión en directo del pianista ruso Serghei Yerochin que se publicó en 1990. Canela en rama.
No podía abordar la versión rockera de los grandes Emerson, Lake & Palmer sin aclarar la ilustrísima procedencia de esta música. El disco que nos ocupa me parece una maravilla, pero creo que en justicia hay que saber qué hay detrás. Por otro lado me declaro partidario de que cualquier persona haga sin freno las versiones que quiera de cualquier cosa artística (menos Rimsky, ¡ese castigao!) y allá se las apañe con el resultado y con las críticas que pueda recibir. Dicho esto, saltemos con la nariz bien alta del mundo clásico-romántico ruso alcoholizado al entorno británico setentero hippie fumado y lisérgico.
El supergrupo de moda en los 70, Emerson, Lake & Palmer, fue una de esas formaciones cuyos miembros presentaban tal hoja de servicios (revísese: Asia, King Crimson, etc…) que no podían menos que hacer figurar sus apellidos en el nombre mismo de la entidad, con la inevitable lucha de egos que un proceso así conlleva. En 1971, tras dos exitosos discos que ya contenían otras revisiones de clásicos, se lanzaron por impulso de Emerson a recrear la mencionada obra de Mussorgsky, grabándola además en directo. Este último detalle es una auténtica machada, habida cuenta de la dificilísima ejecución a la que se enfrentaban. Parece claro que estaban de subidón, seguros de sí mismos y encantados de conocerse.
Sería mucho más difícil abordar el análisis de esta música si no existiera documentación gráfica al respecto: circula, afortunadamente, un buen vídeo de esa misma época en el que el grupo toca esta música (aunque procede de otra sesión). En él podemos ver a un sobradísimo Keith Emerson ataviado con un ropaje de papel albal azulado que deja ver en su totalidad su torso imberbe, manejando con arrogancia maquinaria diversa. En el otro extremo Greg Lake, con una camisa hecha con las cortinas de su abuela, se concentra en su bajo, su guitarra acústica y las baladas que canta como en trance. Por fin, en el centro, un feliz Carl Palmer reparte entre sonrisas baquetazos a diestro y siniestro; ojo, con agarre tradicional de la baqueta izquierda, rockero pero "fisno". Curioso grupo. Emerson parece sentirse el amo y señor de la situación (por algo llamó a su autobiografía “Cuadros de un exhibicionista”), Lake está serio y metido en lo suyo, como lamentando la excesiva parafernalia escénica de su compañero, dando un poco a entender que él no sabe nada y no le conoce, y Palmer parece encargarse de desdramatizar y aunar posturas. Los tres eran virtuosos, pero parece que el jovencito batería además lo era en el sentido en que lo fue Teresa de Calcuta.
En cuanto al material en sí, la adaptación de la música de Mussorgsky es libérrima. De entrada la mayoría de los números no están, y de los que sí están sólo unos pocos presentan alguna fidelidad al original. El comienzo no parece anunciar este sindiós, ya que los dos primeros cortes del disco, absolutamente maravillosos, son una adaptación bastante exacta de la música del genio ruso a los tres instrumentos aquí presentes, con excelente resultado, y además en el mismo orden que el original. Es en el segundo promenade (paseo) cuando se cansan, o les sube el tripi, y ya no hay vuelta atrás. De entrada nos encontramos con la primera letra hippie que se calzan sin previo aviso, cantada por Lake sobre la célebre melodía. ¿Ponerle letra a una obra instrumental clásica? ¿Desfachatez ante lo vetusto, o recreación artística emotiva y de gran valor? Sin duda lo segundo, y al peo la ortodoxia, caramba. Además estamos ante la persona que un par de años antes había cantado en… aquel disco de la cara rosada y azul. O sea, alguien que también merece una estatua en una hornacina, no sólo de Mussorgsky se vive. Zarpamos pues. Lo que nos echen.
A partir de aquí se precipita de golpe la libertad de movimientos: lo siguiente es una adaptación de una canción de Grieg (¿qué hace aquí Grieg?) que le sienta al disco como anillo al dedo y permite que los excesos de Emerson sean contrapeados con diversas apariciones de la maravillosa voz de Lake por aquí o por allá. Continuamos con una especie de gran masturbación que el vistoso teclista realiza con un artilugio fálico llamado ribbon controller, con la que da paso a un ritmo ternario a lomos de la batería de Palmer, todo lo cual desemboca en un cachondo ciclo de blues a partir de la melodía de “El viejo castillo”, es decir lo que correspondería haber hecho hace rato si esto siguiera el guión original, pero convertido en cualquier otra cosa. Contra toda lógica, en el disco está acreditada la autoría de Mussorgsky en “The Old Castle”, de la que no se conserva ni una nota, y en cambio la “Blues variation”, que sí incluye un jirón del original, se la atribuyen ellos solitos (?).
Como pequeño respiro se marcan una tercera y última versión del tema principal, respetuosa esta vez, y de golpe y porrazo, saltándose seis números del original, pasan a los dos últimos. Sabia elección, caballeros: puestos a escoger, estos dos eran obligatorios. Así es como la Cabaña de Baba-Yaga se convierte en un sándwich (ABA) cuyos extremos respetan más o menos la partitura, pero cuya parte central aúna una de las melodías más siniestras paridas en el siglo XIX con la exuberante inventiva del trío, que se funde con el material original de manera extraña, develando lo inmensamente adelantado a su tiempo que fue el gigantesco Mussorgsky.
Estamos hablando de los primeros rebuznos distorsionados del bajo Greg Lake en "The Curse of Baba-Yaga": ¡Cuidado! Aunque esté acreditado todo el corte a favor del grupo, esa primera melodía es del original. ¿Es o no es algo fuera de lo común? ¿De verdad ese elocuente infierno lo compuso un tipo justo un siglo antes? Costó todo un choque de culturas (África vs. América, a su vez empapada de Europa, con incontables “rounds” de ida y vuelta) generar la primera gota del preciado elixir del blues, ya a principios del siglo XX, y a partir de ahí fue impregnando todo despacito y corroyendo la tradición tonal. Pues resulta que varias décadas atrás todo eso lo tenía en su cabeza (de otra manera, claro) un solo tipo, en Rusia. Por ciencia infusa. Un borrachín.
Esta sensación se repite en la colosal Gran Puerta de Kiev, con esa melodía diseñada para derruir Jericó con sólo frotar la partitura contra la muralla. Entre cada dos repeticiones se producen interludios reflexivos que hacen desear la siguiente apoteosis. Y luego otra vez, y otra… estoy hablando tanto del original como del disco de ELP, que con gran intuición opta por llegar al clímax a través de la voz de Greg Lake, convirtiendo en una oda hippie heroica lo que nació como un pesado aporreo. Cerrando el círculo de manera visionaria, Mussorgsky antepuso la melodía principal, aquel promenade, a las últimas repeticiones de la melodía, que prácticamente se tocan a puñetazos. Esto no se lo saltan nuestros hippies.
Insisto en estas cosas porque, si bien los dos últimos números del original están adaptados con una buena cantidad de material nuevo que cuadra estupendamente, lo cual no hace sino hablar muy bien del trío de marras, los elementos procedentes de Mussorgsky son de otra liga. De otra galaxia. Este disco juega en definitiva con una materia prima ganadora, que queda devaluada por el solo hecho de no afrontarse con una interpretación idéntica. Aunque hayan logrado sacar oro de ella, pasar un gran rato y hacérnoslo pasar a nosotros.
En resumen me encanta el disco pero pienso que jugaron a ser dioses. Disfrutémoslo, valorémoslo en su justa medida, difundamos la buena nueva… pero por favor no dejemos de lado la inmensa joya original en la que se basa.
P.D.1: Del último corte del disco no hablo, es el bis del concierto, una adaptación un tanto cómica de una música de Tchaikowsky.
P.D.2: Descanse en paz el malogrado Keith Emerson.
El compositor ruso Modest Mussorgski (1839-1881) tiene en la obra Cuadros de una exposición (1874) una de las obras maestras que han hecho perdurar su nombre entre los grandes autores del Romanticismo musical. Esta composición programática fue creada como homenaje al pintor Viktor A. Hartmann, amigo de Mussorgski, y la idea que manejó el segundo fue la de "pintar" con música los cuadros seleccionados para una exposición póstuma del primero. Mussorgski concibió esta suite para piano, aunque la versión más conocida de la misma es la orquestal, que debemos a Maurice Ravel.El Conde
En 1970, el trío de semidioses progresivos formado por Keith Emerson (teclista), Greg Lake (bajista y cantante) y Carl Palmer (batería) actuaron en uno de los festivales más memorables de aquellos años de revolución juvenil, el de la Isla de Wight, realizando una versión -muy en su línea virtuosista- de la obra de Mussorgski. Entonces estaba permitido casi todo en música, y eso que el rock sinfónico todavía no había alcanzado ni por asomo su mayor grado de complejidad. Debemos suponer que esta curiosa idea de ELP respondía a lo que en el mundillo de la música electrónica popular primitiva de entonces estaba haciendo (pensemos en Wendy Carlos o Isao Tomita), aunque tal vez fue una simple excusa para hacer gala pública de su virtuosismo instrumental. Seguramente los ELP no se sentían demasiado lejos de los pioneros del sintetizador.
Sea como fuese, el caso es que aquella interpretación tuvo una gran acogida popular, y los ELP terminarían por realizar una grabación oficial de su versión de Mussorgski. Fue en 1971, en el Newcastle City Hall (el ayuntamiento de la ciudad, debo entender), y el álbum Pictures at an Exhibition acabó por convertirse en una de las piedras angulares de la evolución del rock experimental de los setenta. Curiosamente, suena más bien como si hubiese surgido en los años de decadencia del género, y no en los de su emergencia.
¿A qué me refiero? A que en los primeros años setenta había una tendencia más hacia la elegante perfección formal que hacia el exceso, y ELP se decantan aquí por su vertiente más espectacular y exhibicionista. Emerson, Lake y Palmer, como todos sabemos, se sentían (quizá con razón) los mejores en lo suyo, y para demostrarlo se emplearon a fondo y sin pudor en su recreación galáctica-robótica-con-camisa-de-amebas de una obra tan bien conocida como la del autor ruso. Es una peripecia de la que, visto con muchos años de distancia, salieron airosos.
El secreto fue llevarse la obra original a su terreno, convirtiendo lo que podían ser sutiles desarrollos instrumentales en rarísimos fraseados de sintetizadores, bajo y batería que parecen propios de un jazz frenético. También intercalan algún tema propio, como Blues Variation o la canción The Sage. Lo mejor, sin embargo, es lo tocante a Mussorgski: la fabulosa Promenade, una especie de interludio que suena varias veces en la suite (representa un paseo por la galería de arte para llegar al siguiente cuadro) y que la banda interpreta con variaciones, utilizando un órgano de iglesia instalado en el escenario para la ocasión, o en una versión cantada. Donde se dejan llevar por el virtuosismo es en piezas como The Gnome o las dos piezas sobre la bruja Baba Yaga, aunque en general se puede describir el álbum al completo como un pulso entre los tres miembros del trío para decidir quién es el más rápido, el más hábil con las teclas o las baquetas, el más inteligente a la hora de adaptar a Mussorgski a su instrumento rockero. Como curiosidad, el álbum -no sé si solamente en ediciones especiales- contiene una última pieza titulada Nutrocker que adapta el Cascanueces ("Nutcracker", en inglés) de Tchaikovski. Supongo que el ambiente ruso de la composición la convierte en un buen acompañamiento.
No diría que Pictures at an Exhibition sea una obra esencial para quien esté comenzando hoy en día a escuchar rock sinfónico o progresivo, dada su complejidad melódica y lo bastante mal que ha envejecido su sonido respecto al de otras obras del género... pero su importancia en el desarrollo de este estilo tan popular fue capital y, desde luego, esto convierte su escucha en una experiencia más que interesante. No sé si es la clase de disco que se convierte en favorito de alguien en la actualidad, pero sí es de los que deben conocerse y hasta estudiarse.
El arte da para mucho. Hay quien es aficionado a la música, como nosotros. Otros lo son a la pintura, a la escultura, a la poesía... los habemos que mezclamos artes porque sentimos así mejor expresada nuestra sensibilidad personal. Y, por supuesto, hay mezclas prodigiosas, como este trabajo de EL&P, donde música y pintura se entrelazan y se dan vida mutuamente.
“Pictures at an Exhibition” representa una visita a una exposición pictórica, la que preparó un tal Vasili Stasov en el San Petersburgo de 1874 como presentación póstuma de algunas obras del arquitecto y artista Víctor Hartmann, fallecido el año anterior a temprana edad.
Este Hartmann tenía un buen amigo que visitó esa exposición. Se trataba del también artista ruso (en esta ocasión, músico) Modest Petrovich Mussorgsky (1839-1881).
Mussorgsky tenía una peculiaridad: describía de manera magistral tanto el lenguaje humano como la misma vida por medio de las notas. Sabía dotar a una pieza musical de un sonido tan especial que “veías” a través de ella. Por eso, inspirado por las obras de su amigo Hartmann, decidió escribir una sonata con lo que en ellas había visto y sentido. Así aparece uno de sus trabajos más conocidos en el mundo, “Cuadros de una exposición”, en principio compuesta para piano.
Parte de su fama le vino más tarde por la adaptación a orquesta que realizó el gran Maurice Ravel y, ya más adelante, por esta preciosa obra de EL&P que recupera toda la esencia descriptiva del maestro Mussorgsky.
La exposición original constaba de acuarelas y diseños arquitectónicos, y en la sonata original se describían diez de las obras: “El Gnomo”, “El Viejo Castillo”, “Las Tullerías”, “Bidlo”, “Ballet de polluelos en sus cáscaras”, “Dos judíos polacos”, “El Mercado de Limoges”, “Catacumbas”, “BabaYaga” y “La Gran Puerta de Kiev”. Ésta fue un diseño premiado del arquitecto Hartmann y fue construída en memoria del intento de asesinato del zar Alejandro II.
Pienso que lo mejor será que, por un rato, dejemos volar la imaginación y nos traslademos a la exposición original en un viaje en el tiempo un tanto particular. A pesar de encontrarnos en 1874, vamos a llevarnos uno de estos aparatitos nuestros tan peculiares del siglo XXI y unos auriculares. Y a ver qué pasa...
“A mi amigo Jorge V. y a mí nos gusta visitar museos. Quedarnos mirando largo rato pinturas que, yo no sé a él, pero a mí me cuestan a veces de entender. Cuando encendí el mp4 y me dí cuenta de que llevaba el “Pictures” de EL&P dentro, pensé que sería buena idea invitarle a la exposición, pero mejor con la música puesta por el tema de entenderme mejor. No sé qué pensó cuando le comenté lo de viajar en el tiempo con el aparato en los oídos, pero me siguió sin más. Y nos encontramos transportados de repente a la Rusia de los zares.
De los cuadros originales que conocía de la exposición sólo quedaban cuatro, pero quizá eran los más hermosos. Comenzamos a caminar... ese paseo por el pasillo central, en una primera aproximación y descubrimiento de lo que estaba por llegar.
1. Promenade: la overtura de la obra sólo con órgano, totalmente eclesial y solemne, nos presenta y nos abre la exposición. Lenta, corta y ampulosa. De la mano de Emerson nos adentramos en la visita a los cuadros.
2. The Gnome: el primer cuadro nos presenta a un gnomo feo y deforme, pero recordemos que los gnomos tienen su magia, y así es este tema. Mágico, psicodélico y lleno de fuerza. El comienzo con la batería le hace formidable y ella misma es la que le hace conservar toda su furia mezclándose con los teclados. Palmer está impresionante y no deja ver un gnomo mucho más lleno de vida y de expresividad que el original.
3. Promenade: después del impacto del primer cuadro, seguimos en el paseo hacia el fondo de la sala, esta vez acompañados de la dulce voz de Lake y del suave fondo de teclados que recrea el ambiente de las salas de exposiciones, tranquilo y reposado. Me encanta la voz de este hombre.
4. The Saga: este tema es una balada preciosa donde las haya que no se corresponde con la versión original de Mussorgsky. Escrita por Greg Lake y cantada por él, acompañado de guitarra acústica, nos describe bellos pasajes claros y llenos de luz, donde sobresale el manejo de la voz de Lake entre el piano y el forte en esas notas lentas. Podemos reconocer trozos de la pieza Promenade entre ellas.
5. The Old Castle: aquí nos detenemos. A mí me llaman la atención las pinturas tipo medieval, los castillos de cuentos de hadas, princesas y trovadores. Sin embargo, Emerson se vuelve paranoico al comenzar la pieza, muy propio de él, y en un momento desmonta todo el ambiente apacible creado por el tema anterior, pasando súbitamente a esta pieza fuerte cargada de sonido e intensidad que proviene en gran parte de la batería de fondo. Es curioso comprobar como, a pesar de llamarse igual que el cuadro, la música no parece la original. De hecho, correspondería a la introducción al tema siguiente en el que sí se distingue a la perfección la melodía de “El Viejo Castillo”.
6. Blues variation: Sin descanso, arremete el trío ya con la descripción el castillo en una pieza rápida donde los músicos se conjugan a la perfección. Representa un precioso momento de jazz-blues que al mismo creador le hubiese encantado, lejos de los ambientes del medievo que quiso representar Mussorgsky en este tema.
7. Promenade: esta vez, el paseo es más alegre, más vivo y lleno de instrumentación. Los tres músicos tocan juntos este intermedio, a diferencia de los anteriores.
8. The Hut of Baba Yaga: si alguno de los temas del disco original presenta la misma intensidad y presencia aquí, es el que concierne a Baba Yaga, la bruja. En el cuadro se puede ver un reloj en forma de cabaña con patas de gallina donde habitaba la bruja, típica del folklore ruso. He leído por ahí que así fue Hartmann disfrazado a una fiesta y que tuvo dificultades para caminar de esa guisa. EL&P la presentan de manera alocada, rockera y trepidante.
Las tres partes (temas 8, 9 y 10, The hut y The curse of Baba Yaga) se corresponden con las tres también en que se divide el tema “Baba Yaga” en la sonata.
9. The curse of Baba Yaga: el principio es lento, oscuro, con los sintetizadores más graves, pasando luego a unos momentos psicodélicos impresionantes. Lake pone la voz, esta vez más desgarrada y frenética, al pasaje más opulento y exagerado del tema. Impone el vértigo con que está interpretado, deja sin aliento.
10. The hunt of Baba Yaga: aquí, enlazando con el anterior, el tema de la bruja llega a culminarse con todo un frenesí de teclados y un final explosivo que nos lleva al momento estrella del disco.
11. The Great Gates of Kiev: sin duda, mi tema favorito en ambos discos. Ante la maravillosa puerta de Kiev se rinde incluso Greg Lake interpretando con letra sobre la melodía original de los teclados. Tiene una enorme fuerza y personalidad, es descriptiva y grandilocuente y te transporta realmente a la época de los zares. Al final encontramos uno de esos pasajes alucinantes propios de Emerson que da paso al final apoteósico, donde podemos escuchar a un público enfervorecido que ha disfrutado con los “ruidos” del sintetizador y con Lake cantando aquello de :
“There's no end to my life,
no beginning to my death
Death is life!!!!!!!!!!!!!!!!!”
12. Nutrocker: para finalizar la visita al museo, nos tienen una pequeña sorpresa. Antes de salir de la exposición entramos en una sala donde se presenta un ballet. Es el Cascanueces, de Tchaikovsky, en una adaptación muy original, infantil, trepidante y virtuosa en versión de Kim Fowley. Emerson luce aquí un juego de dedos casi imposible, convirtiendo el ballet en un rock ligero que sirve para reconocer que todo esto, algún día, también será música clásica.Snowgoose
Nutrocker es un juego de palabras a partir del original Nutcraker combinado con rocker, muy apropiado para el tema.
Aquí terminamos nuestro viaje a la vieja Rusia, después de haber disfrutado de una de las exposiciones más originales de nuestra vida a ritmo de rock sinfónico-progresivo. Y no es necesario pensar que es inolvidable, porque el CD sigue colocado en la estantería de mi casa y podremos disfrutar del recuerdo de la visita cuando queramos".
Algunos datos más sobre el disco:
Esta versión del Pictures at an Exhibition del año 1971 no es la primera que se escuchó. Anteriormente, en agosto de 1970, se grabó en vivo en el festival de la Isla de Wight, siendo editado en disco dieciocho años después (“EL&P - Live at the Island of Wight Festival”. Dicha versión era más corta y distaba mucho de estar perfeccionada, ya que Emerson no dominaba el moog todavía.
El 9 de diciembre del mismo año 1970 se filmó una película en el Lyceum Theater de Londres donde tocaron el Pictures completo. Justo recién aparecido su primer disco.
La versión final es del 26 de marzo de 1971; la edición inglesa sale en noviembre, mientras que la americana tarda cerca de un año más, debido a problemas con el sello Atlantic.
Alcanzó un tercer puesto en las listas de los más vendidos en Gran Bretaña y un décimo puesto en América. El 17 de abril de 1972 fue disco de oro, llegando a tenerlo también de platino... esos eran tiempos para la buena música.
Lista de Temas:
1. Promenade (Pt. 1;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
2. The Gnome (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
3. Promenade (Pt. 2;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
4. The Sage (Pt. 3;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
5. The Old Castle (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
6. Blues Variation (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
7. Promenade (Pt. 3;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
8. The Hut of Baba Yaga (Pt. 1;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
9. The Curse of Baba Yaga (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
10. The Hut of Baba Yaga (Pt. 2;Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
11. The Great Gates of Kiev (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
12. Nutrocker (Live At Newcastle City Hall, 26.3.71; 2016 – Remaster)
13. Pictures At An Exhibition.(Live Sol y Mar Festival,Puerto Rico)
14. Promenade (Pt. 1;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
15. The Gnome (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
16. Promenade (Pt. 2;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
17. The Sage (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
18. The Old Castle (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
19. Blues Variation (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
20. Promenade (Pt. 3;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
21. The Hut of Baba Yaga (Pt. 1;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
22. The Curse of Baba Yaga (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
23. The Hut of Baba Yaga (Pt. 2;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
24. The Great Gates of Kiev (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
25. The Barbarian (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
26. Knife-Edge (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
27. Rondo (Pt. 3;Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
28. Nut Rocker (Live At The Lyceum Theatre, London, UK, 09/12/70)
Alineación:
- Keith Emerson / keyboards
- Greg Lake / bass, guitar, vocals
- Carl Palmer / percussion, drums