Emilia Romaña (I): Módena y Parma

Por Mteresatrilla

Aprovechamos los pasados días de Semana Santa para viajar de nuevo a la Bella Italia, esta vez a la región de Emilia Romaña y, por su cercanía, visitamos también la pequeña República de San Marino.Emilia Romaña es una de las regiones más ricas de Italia, pero no sólo en renta per cápita sino también en Historia, patrimonio monumental, eventos culturales y en especialidades gastronómicas.Tal como la conocemos hoy, es el resultado de la unión de dos regiones históricas: Emilia, con las provincias de Plasencia, Parma, Reggio Emilia, Módena, Ferrara y parte de Bolonia y Romaña, que comprende Rávena, Rímini, Forli-Cesena y el resto de Bolonia.


De estas nueve provincias visitamos seis de ellas. Ya habíamos estado antes en Bolonia, la capital. La tercera vez en mi caso, por lo que le dedicamos tan sólo unas horas el último día antes de coger el vuelo de regreso a casa y nos centramos en Módena, Parma, mini, Ferrara y Rávena.Descartamos la idea inicial de hacer los desplazamientos en tren porqué en tan pocos días no nos resultaba práctico estar supeditados a horarios y a las inevitables pérdidas de tiempo. Así pues, alquilamos un coche en el mismo aeropuerto de Bolonia y a pesar de la comodidad que ello representa, pagamos a precio de oro los kilómetros recorridos, a casi 2 euros el  litro de gasolina!

Estas ciudades, todas ellas sin excepción, tienen un increíble atractivo, en cambio el número de turistas que las visitan está muy lejos de los que acuden a otros lugares de Italia como Roma, Venecia, Florencia o incluso Nápoles. Me imagino que durante los meses de verano la afluencia de visitantes extranjeros se incrementa, sin embargo durante estos días lo que pudimos comprobar es la presencia de mucho turismo interno, especialmente en Rávena y en Rímini.

Via Emilia. Módena

En cuanto al paisaje, me ha parecido bastante monótono a pesar de que circulamos lo mínimo por autopista. Se trata de una gran llanura donde apenas asoma alguna colina. Una importante actividad industrial en la región no implica que el sector primario se haya dejado de lado, todo lo contrario y sus productos agrícolas, gracias a la alta calidad y a la buena organización de los productores en cooperativas que funcionan con gran eficacia, son ampliamente valorados tanto dentro como fuera de sus fronteras. Lo que más hemos visto son grandes plantaciones de árboles frutales, pero también se cultivan cereales, hortalizas y uvas para la elaboración del Lambrusco y otros vinos aunque menos conocidos que éste.

Jardines Ducales. Parma

En Emilia Romaña se producen bastantes productos típicos de la cocina italiana, como el queso parmesano (Parmigiano-Reggiano), el jamón o prosciutto di Parma, la mortadela de Bolonia o el aceto balsámico de Módena. Siempre me ha maravillado la capacidad que tienen los italianos para dar valor añadido a sus productos y saberlos vender bien (y caros). Donde haya un buen jamón ibérico que no se ponga un prosciutto pero el hecho es que en España el sector está luchando para no arruinarse aun más de lo que está, mientras que el prosciutto se puede encontrar en muchos supermercados de los cinco continentes.   Con el aceto balsámico de Módena ocurre algo parecido. Para empezar, ya el vocablo marca diferencias. Nuestra palabra vinagre deriva de vino agrio y sólo con la semántica ya parece indicar que se trata de un producto en malas condiciones o de baja calidad. Los italianos no llaman a su vinagre “vino acido” que sería la traducción literal, sino aceto y además balsámico ya que en la antigüedad se le atribuían propiedades contra el reuma si se aplicaba sobre la parte afectada.Comentario aparte, sería injusto restar méritos a un producto que lleva elaborándose desde hace siglos con un proceso de maduración en toneles de madera durante, por lo menos, doce años y bajo unos estrictos controles de calidad. De todas formas, en ese aspecto deberíamos aprender de los italianos.A excepción de la costa Adriática, Emilia Romaña es más de carne que de pescado, especialmente de carne de cerdo con la que elaboran varios tipos de embutido como el culatello, pancetta, coppa, zampone y unos cuantos más.

Detalle casa de Parma

Y como no basta con alimentar al cuerpo, en Emilia Romaña hay cuatro Universidades, entre ellas la de Bolonia (fundada en 1088) y Parma, dos de las más antiguas y prestigiosas de Europa. El ambiente estudiantil es siempre garantía de animación en sus calles y plazas. Porqué las piazzas, a parte de ser muy bellas son lugar de encuentro tanto de locales como de foráneos y el mejor sitio para empezar la visita a cualquiera de estas ciudades.Excepto Bolonia, las ciudades visitadas tienen en común que no son demasiado grandes, ciento y pico mil habitantes y generalmente los lugares de interés están concentrados en un espacio bastante reducido, lo que permite hacer toda la visita a pie, a no ser que apetezca pedalear. La bicicleta es un medio de transporte muy utilizado para desplazarse por Ferrara y Módena principalmente (no lo noté tanto en Parma, Rímini o Rávena) ya que muchas calles del centro están cerradas al tráfico.

Bicicletas en las calles de Módena. Al fondo, Palacio Ducal

Cada una de ellas tiene un encanto especial y muchos rincones donde perderse. Mi consejo es que hay que ir a disfrutar la calle. Pasear bajo las calles porticadas de Módena o Bolonia y contemplar las magníficas fachadas de los palazzos renacentistas. Asomarse, si la puerta está abierta ya que tras sobrias fachadas se esconden preciosos patios. Dejarse llevar sin rumbo por las calles de Ferrara, descubrir tiendas antiguas, de libros, de sombreros… entrar en los recintos de las antiguas pescherias vecchias (o pescaderias viejas).Todo ello sin olvidar visitar sus joyas arquitectónicas, muchas de ellas inscritas en la lista de Patrimonio de la Humanidad.Diría que Módena, Parma y Ferrara tienen un aire parecido, mientras que Rávena y Rímini son bastante distintas a las primeras aunque sí tienen algunos puntos en común. Mi intención no es explicar detalladamente todo lo que se puede ver en cada una de ellas, sino citar brevemente los lugares que considero indispensables y algunos datos que pueden resultar de interés.

Módena:
Además de su ya citado vinagre balsámico, vino Lambrusco y embutidos, esta ciudad es también conocida por su industria automovilística (Ferrari, Maserati, Bugatti o Lamborghini) y por sus hijos ilustres, especialmente Luciano Pavarotti o el mismo Enzo Ferrari, de quien se puede visitar la casa natal, ahora convertida en un museo.Tras aparcar el coche en una calle céntrica, lo primero que encontramos fue la Piazza Roma con el gran edificio del Palacio Ducal, el antiguo hogar de los Este, linaje que dominó esta tierra durante un largo período y que llenó la ciudad de bellos edificios además de transformarla urbanísticamente.

Detalle Palacio Ducal, Piazza Roma. Módena


Piazza Roma. Módena


Piazza Roma. Módena

Indispensable es la Piazza Grande que junto con la Catedral románica y su Torre Ghirlandina, son tres bellezas únicas que la UNESCO declaró en 1997 Patrimonio de la Humanidad.Al llegar a la Piazza Grande la decepción fue grande. Las obras de restauración del Duomo desmerecen mucho el conjunto además de la imposibilidad de ver esa parte del edificio. En esta plaza también se encuentra el Palacio Comunal o Ayuntamiento, un conjunto de edificios medievales reestructurados durante los siglos XVII y XVIII con su llamativa Torre del reloj. 

Piazza Grande en obras. Módena

Palacio Comunal. Módena


Detalle Torre del Reloj en el Palacio Comunal

Justo a la vuelta encontramos la Piazza del Duomo donde está la entrada principal de la Catedral. Es un magnífico edificio de mármol blanco que empezó a construirse en 1099. Su exterior es una obra maestra, con unos interesantes relieves que constituyen uno de los mejores ejemplos de escultura románica. Las historias bíblicas del Antiguo Testamento tales como la creación de Adán y Eva, el Pecado original, la historia de Noé… están perfectamente representadas. Su interior me dejó perpleja, como enamorada del románico pensé que no volvería a ver una catedral que encajara tanto con mi concepto del buen gusto..… hasta que llegamos a Parma unas horas después.

Fachada principal del Duomo. Módena 


Puerta princial Duomo. Módena

Detalle Duomo. Creación de Adán y Eva y Pecado Original 


Detalle Duomo

La Torre Ghirlandina, llamada así por sus “balustradas de mármol ligeras como guirnaldas alrededor de la aguja” tiene algo más de 86 metros y sobresale sobre los tejados dejándose ver desde todos los puntos de la ciudad.

Torre Ghirlandina y Duomo. Módena

La Piazza Mazzini es otro agradable rincón de la Módena. Tras la estatua del ilustre político que da nombre a la plaza, se encuentra la sinagoga, construida en 1873 por la comunidad judía.

Piazza Mazzini. Módena


Detalle sinagoga. Módena

Vistos los monumentos más representativos, caminar bajo los pórticos de la Via Emilia o por el Corso Canal Grande es una de las mejores cosas que se pueden hacer en Módena. Antiguamente la ciudad tenía canales de los cuales sólo se ha conservado el nombre en alguna de sus calles repletas de palacios y nobles edificios.



Parma:

Está considerada una de las ciudades más bonitas de Italia. Las comparaciones siempre me resultan incómodas y lo del más o menos va también en función del estado emocional en un momento determinado. Lo que sí es cierto es que Parma es una ciudad encantadora, sensual, que no creo pueda defraudar a nadie.El sector agroalimentario tiene en la provincia de Parma un peso importante y desde 2003 es la sede de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Empresas tan conocidas como Parmalat o Barilla son parmesanas. Pero sus referencias gastronómicas, sus dos productos estrella, son el queso Parmesano Reggiano y el jamón o prosciutto de Parma. La provincia de Parma ha dejado en herencia al mundo una serie de personajes ilustres tan conocidos como el gran compositor Giuseppe Verdi, el también músico Alberto Toscanini, el director de cine Bernardo Bertolucci, o el pintor Francesco Mazzola, más conocido como el Parmigiano, todos relacionados con el mundo de la cultura y del arte. En la Piazza Duomo se encuentra el conjunto arquitectónico de la Catedral con su estilizado Campanario (cubierto también debido a obras de restauración) y el Baptisterio. La catedral es de estilo románico, se comenzó a construir en 1059 y fue consagrada en 1116. El exterior tiene un parecido con la de Módena e igual que en ésta, dos leones sostienen las columnas de la entrada principal. Sin embargo, no es de mármol blanco sino que se construyó con bloques de piedra arenisca y está decorada con dos filas de galerías con una clara idea de subdividir los espacios. 

Piazza Duomo. Parma


Duomo Parma


Leones en el Duomo de Parma


Detalle fachada Duomo. Parma

Su interior es una auténtica obra de arte y la primera imagen te deja maravillado. La nave y las capillas laterales están recubiertas de pinturas al fresco, pero el más valioso es el que se encuentra en la cúpula central, la Asunción de la Virgen de Correggio, una obra maestra del Renacimiento. De todas formas, debido a la altura de la cúpula es difícil apreciar bien los detalles. En mejores condiciones se puede admirar el relieve románico de la Deposición de la Cruz, otra obra de gran importancia. El Baptisterio (1196) se trata de una torre octogonal de mármol de Verona que consta de tres niveles. La parte inferior está decorada con bajorrelieves de animales, bestias fantásticas, criaturas infernales, monstruos marinos, centauros, sirenas, unicornios y signos del zodíaco. De las tres puertas, cada una trata de un tema distinto, la puerta norte se conoce como la Puerta de la Virgen, la puerta oeste es la Puerta del Juicio Final y la puerta sur es la Puerta de la Vida. Completa la plaza un gran palacio que no pasa desapercibido: se trata del Palazzo Vescovile o Palacio Episcopal.

Fachada Palacio Episcopal. Parma

Baptisterio en Piazza Duomo. Parma


Baptisterio. Parma


Detalle de la Puerta de la Virgen. Baptisterio


Detalle Baptisterio


Detalle de la Puerta del Juicio Final. Baptisterio


Detalle de la Puerta de la Vida. Baptisterio

De las muchas iglesias que tiene la ciudad de Parma, una de las más espléndidas es la Iglesia renacentista de la Madonna Della Steccata, en la Via Dante. Muy cerca se encuentra la Piazza Garibaldi, con una gran estatua del personaje que le da el nombre presidiendo el Palacio del Gobernador (siglo XIII).

Garibaldi frente al Palacio del Gobernador. Parma


Cúpula de la Madona della Steccata

A pocos metros, el Teatro Regio, estrechamente ligado a los nombres de Giuseppe Verdi (cada año se celebra un festival dedicado al compositor) y a Toscanini, donde los parmesanos hacen largas colas cada comienzo de temporada.

Teatro Regio. Parma


Festival Verdi en el Teatro Regio


Teatro Regio. Parma

La Piazzale Della Pace es lugar de encuentro. En esta plaza se alza el monumento a Verdi y el palacio de grandes dimensiones conocido como Palazzo Della Pilotta, un edificio de 1583 que actualmente alberga la Academia de Bellas Artes, la Biblioteca Palatina, la Galería Nacional, Museo Arqueológico, Museo Bodoni y Teatro Farnesio. El nombre tiene su origen en el juego de la pelota vasca que practicaban los soldados españoles en uno de sus patios.

Monumento a Verdi. Parma

Palazzo della Pilotta. Parma

Atravesamos el gran patio porticado que sale delante del Puente de Verdi el cual da acceso a los Jardines Ducales, un gran parque público que corresponde a los antiguos jardines privados del Palacio Ducal. Después de tanto monumento merece la pena cambiar el color piedra por el verde.

Puente Verdi


Palazzo della Pilotta desde el Puente Verdi


Entrada a los Jardines Ducales. Parma


Palacio Ducal. Parma


Jardines Ducales


Jardines Ducales

Para no alargarme demasiado con riesgo de aburrir al lector, dejo Ferrara, Rávena y Rímini, junto con Bolonia para una segunda parte.