Esta condición se caracteriza por la presencia de parásitos que se alimentan de la sangre del cuero cabelludo, lo cual ocasiona cuadros de comezón. Además, el cabello puede contaminarse con liendres que, por lo regular se adhieren a cinco milímetros o a un centímetro de la raíz.
En lo que va del presente año, la Subdirección de Epidemiología del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), no ha reportado casos de pediculosis y, durante 2017, se tuvo registro de 256, mismos que fueron atendidos y controlados oportunamente.
Este tipo de parasitosis se presenta con mayor frecuencia en menores de entre cinco y 15 años de edad, sin importar su nivel socioeconómico, etnia, cultura, edad o género.
Para prevenir la pediculosis, se recomienda a padres de familia evitar compartir accesorios como gorras, peinetas, ligas y peines, así como el contacto cabeza a cabeza.
Los varones deben usar el cabello corto y las mujeres, traerlo recogido en trenza o chongo.
Para eliminar estos parásitos, se sugiere usar peines de dientes cerrados o desliendrizadores, además de poner al sol colchones, almohadas y lavar frecuentemente sábanas, fundas y cobijas.
En caso de detectar la presencia de piojos y liendres, se recomienda acudir al Centro de Salud más cercano para recibir atención y orientación, pues en etapas avanzadas, la presencia de piojos y liendres en el cuero cabelludo puede causar conjuntivitis, fiebre y malestar general.