Emitt Rhodes - Emitt Rhodes (1970)

Por Spellbound
Me reconforta pensar que la distinción entre pasado, presente y futuro es, como pensaba Albert Einstein, sólo una persistente ilusión. De esa manera es sencillo imaginar que este disco -editado hace cuarenta años, aunque muchos escucharan hoy por primera vez- puede sortear el olvido y su autor finalmente encuentra el sosiego anhelado. Perrata 2000 del blog La Colmena de Humo es un especialista en rescatar joyas olvidadas. Probablemente, no hay nadie más indicado que él para repasar la historia de Emitt Rhodes.
“I believe in life being the most important thing there is. Life is it. I’ve been dead so I know what death is.”
Emitt Rhodes (en entrevista con la revista Scram, 2006)
Lo primero que pensé cuando Spellbound me invitó a que escriba algo sobre Emitt Rhodes era que iba a tratar de no mencionar el nombre de Paul McCartney en la reseña; y aquí estoy en la primera frase del primer párrafo y ya hizo Sir Paul su primera aparición. No se trata de evitarlo porque sí. Es más bien un intento por hacerle justicia a un disco excelente que siempre ha sido etiquetado con la incómoda comparación. Y aquí es cuando me doy cuenta de que escribir esto es como ver a un perro mordiéndose la cola pues los paralelos son ineludibles. Mas que un estilo lo que los dos músicos comparten es un optimismo inquebrantable, una capacidad de asombro de niño y por supuesto un instinto melódico animal. Imagínense un disco de los Beatles sin los otros 3 Beatles… Y fíjense que no digo un disco solo de McCartney porque no hay ninguno de sus álbumes en solitario que tenga la consistencia, unidad de sonido y terquedad que tiene este LP de Rhodes. Pop puro, trabajado hasta la obsesión, cocinado en una caseta en el jardín de su familia por meses.
Cada canción es como una de esas piedras de río, pulidas por el agua hasta que no queda un solo borde. La atención al detalle en este disco es impresionante, con cada arreglo compuesto hasta la histeria, pero logrando mantener un aire de total espontaneidad. Ahí esta el éxito de Rhodes, la clave de que estas pequeñas viñetas aguanten el paso del tiempo. Nos confunden en su aparente simplicidad (como diría Daniel Silverman “simple sin ser simplista”) pero están cargadas de detalles y matices. Canciones como “Fresh As A Daisy” o “Somebody Made For Me” son ejemplos perfectos del pop más refinado, con un énfasis definitivo en lo melódico por una época en que se empezaban a valorar el virtuosismo y la experimentación (por no hablar de los solos de batería de nueve minutos…). Esta es música alegre y melancólica al mismo tiempo, llena de brillo. Las referencias van mas allá de los Beatles y su cercanía con ellos tiene más que ver con una actitud vital. La música de Emitt Rhodes tiene la ternura de la infancia y la intensidad de la adolescencia. ¿Como es que este disco no es más conocido?

Aquí es que empieza la triste historia de un talento traicionado. Cuando su primera banda The Merry Go Round se terminó, Emitt se fue a su garage y allí grabó estas canciones de las que no solo es autor y arreglista sino en las que también toca todos los instrumentos (en otro paralelo con lo que hacia Macca en esa época). Ese arranque le garantizo un contrato con ABC/Dunhill que seria un terrible error ya que en el le exigían entregar un disco cada seis meses (¿y que mas barato que un artista que toca, compone, arregla y produce?). Al demorarse un poquito con su segundo disco la compañía le impondría una demanda, matando su carrera apenas cuando apenas tenía un poco más de 20 años. Antes de este infortunio este álbum empezó a tener algo de éxito nacionalmente y las ventas iban moderadamente bien, lo cual suscitó que el sello que publicaba su música con los Merry Go Rounds se apresurara a sacar un LP con material inacabado bajo el irónico nombre de Emitt Rhodes “The American Dream”. Esto hizo que el público se confundiera, comprara el disco equivocado y se fueran los dos a pique. Para sumar a la desgracia, alguna jugada en el contrato le impidió recibir (y aun le impide) recibir regalía alguna por sus canciones. No hay historia más triste. Rompe el corazón escuchar esta increíble música sabiendo que quien la hizo fue tratado como un perro…
Bueno, tal vez esas duras circunstancias hagan que valga la pena aun más la difusión de este álbum; esperando que las montañas de cintas que Rhodes guarda en su garage tras años de seguir grabando en silencio encuentren eventualmente una audiencia cuando logre hacerlas disponibles.
Perrata 2000
Track List:
01. With My Face on the Floor
02. Somebody Made for Me
03. She's Such a Beauty
04. Long Time No See
05. Lullabye
06. Fresh as a Daisy
07. Live Till You Die
08. Promises I've Made
09. You Take the Dark Out of the Night
10. You Should Be Ashamed
11. Ever Find Yourself Running
12. You Must Have