Argumento
Cuando su institutriz, la señorita Taylor, que era su gran amiga y confidente, decide casarse, Emma lamenta el hueco que deja en Hartfield y teme días de gran aburrimiento a pesar de que la ahora señora Weston vive relativamente cerca. Emma, no obstante, se siente muy orgullosa de sí misma, pues cree que el matrimonio se debe a ella, por haber sido quien presentó a la señorita Taylor su futuro marido, el señor Weston.
En contra del consejo de Knightley, a partir de entonces buscará posibles novios para su nueva amiga, Harriet Smith, una joven sencilla y modesta, alejada del estilo de vida de la alta sociedad.
Reseña
A diferencia del resto de novelas leídas hasta la fecha de Jane Austen, aquí predomina un tono cómico que acercaría la historia a las novelas y películas de enredos románticos. Tal vez sea por la concepción de la misma o porque, después de tres novelas, ya me voy conociendo su estilo, pero lo cierto es que he tenido pocas sorpresas en esta lectura. Ha sido muy entretenida pero con escasos giros de guión que no se pudiesen prever.
Emma es una joven rica, atractiva, inteligente y simpática, pero también es un desastre a la hora de interpretar los sentimientos de los demás, lo que dará pie a numerosos líos. Puede que no caiga bien a la primera por su aire de niña mimada, algo egoísta y manipuladora, pero nos acabará ganando poco a poco. Con todo, lo más interesante de ella es que confiesa que no siente ningún interés en casarse (podéis leer esta parte a continuación). Más allá de los giros que dé la trama, que haya una protagonista de principios del S. XIX que no quiere perder su independencia por un matrimonio que pocos beneficios le puede reportar, me hizo aplaudir hasta con las orejas. Si sabéis de más ejemplos me los podéis decir en los comentarios. Y es que casarse era casi una cuestión de supervivencia para algunas de sus otras protagonistas, más allá de que llegase a haber amor o no por medio. La independencia económica de Emma es clave en este aspecto.
Los secundarios son realmente memorables. El padre de Emma llega a ser un anciano encantador aún con esa manía desmesurada con la salud, lo que le hace un personaje bastante cómico. Como personaje humorístico no le va a la zaga una vecina, dulce pero parlanchina hasta la extenuación. Por su parte, Harriet es un encanto de muchacha, dulce e ingenua. También tenemos unos personajes que cumplirán el rol de antipáticos y que enervarán tanto a la protagonista como a una misma, pero que vienen perfectos entre un elenco de tanta gente buena. Y me dejo a varios de los que prefiero no hablar para no destripar nada.
Sí que tengo que decir que me ha decepcionado en un aspecto concreto: su clasismo y xenofobia. Hasta ahora, las novelas que he leído, están protagonizadas por una clase más o menos alta. Era consciente de eso y lo asumía ya que el foco estaba en el valor de las mujeres que cargaban con el peso de la trama. Sin embargo, en ésta introduce un pasaje con gitanos que resulta horrible a ojos actuales. Lo triste es que, con todos los años que han pasado, siguen siendo perseguidos y despreciados.
También me mosqueó el clasismo de Emma con Harriet al final de la obra: [Spoilers] que decida que quiere cortar con su amistad con ella porque se va a casar finalmente con un agricultor que siempre la ha querido me pareció muy feo [Fin de spoilers]. Supongo que será un imperativo de la época, pero me decepciona bastante que caiga en eso.
La verdad es que podría enrollarme muchísimo más, pero prefiero que descubráis esta maravillosa obra y sus interesantes personajes por vuestra cuenta. Es una novela mucho más amena de lo que su grosor daba a entender y, para la época, deja caer algunas ideas muy interesantes. Lástima que, por el contrario, haya tenido también esos puntos que me han hecho torcer el gesto y amargarme un poco una lectura tan grata hasta el momento. Aún con todo, os recomiendo esta joya, Emma os enamorará con sus virtudes y sus defectos de rica aburrida y metomentodo.