Hace casi dos meses que tuve la gran suerte de aprender los secretos de la auténtica empanada gallega de la mano de Marga, una de bloggers más originales que conozco. Su destreza en la cocina se ve engrandecida por una desbordante imaginación y creatividad dando como resultado recetas impresionantes que podéis ver en su blog Acibechería. Si no lo conocéis, ya estáis tardando :) Os encantará!
Marga nos enseñó a preparar la masa de tres maneras diferentes: salada con y sin manteca y dulce. La sesión de aprendizaje culminó con una cata de cada una de las tres empanadas preparadas para la ocasión y, aunque todas me gustaron, mi preferida fue la de masa de manteca.
Sobre los rellenos, las empanadas gallegas admiten todo lo que tengamos a mano. Con un poco de mano y sentido común podemos crear auténticas delicias.
A mi, particularmente, me gustan más las empanadas rellenas de pescado: atún, pulpo, bacalao, sardinas, etc por lo que mi propuesta de hoy va por esos derroteros pero, como acabo de decir, no hay límites en cuanto a rellenos se refiere, sólo los que nos pongamos nosotros.
¿De qué la rellenaríais vosotros?
Necesitamos
Para el relleno
- Aceite de oliva suave
- 2 cebollas, peladas y cortadas en juliana
- 1 lata pequeña de pimiento rojo asado
- 3 tomates maduros, lavados y troceados
- 2 latas de sardinillas en tomate
- 3-4 ramilletes de brócoli (opcional, yo tenía unas sobras y las añadí)
Para la masa
- 150 ml de aceite de oliva
- 150 ml de agua
- 10-15 grs de sal
- 400 grs de harina de repostería (aproximadamente)
- 40 grs de manteca de cerdo
- 1 huevo, batido
Preparación
Comenzamos con el relleno ya que necesitaremos el aceite sobrante para preparar la masa.
Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén de base amplia y sofreímos la cebolla, a fuego bajo y con la tapa puesta para que sude lentamente.
Cuando la cebolla esté transparente, la escurrimos bien y reservamos el aceite (con el que prepararemos la masa). Devolvemos la cebolla al fuego y agregamos los pimientos cortados en tiras y los tomates y dejamos cocer a fuego lento unos 5 minutos.
Añadimos las sardinas y el brócoli, removemos hasta integrar y dejamos cocer hasta que se haya consumido casi todo el líquido y hayamos obtenido una mezcla jugosa y homogénea. Ajustamos el punto de sal si fuera necesario y dejamos atemperar.
Preparamos ahora la masa y para ello tomamos el aceite sobrante del sofrito.
Completamos la cantidad de aceite hasta 150 ml en caso de no tener suficiente. Agregamos la misma cantidad de agua, la sal y removemos.
A continuación incorporamos la harina poco a poco. Removiendo, en un principio, con una cuchara de madera. Según vayamos agregando más harina y la masa vaya espesando, tendremos que pasar la masa a una superficie limpia y usar las manos para amasar.
Cunado hayamos añadido toda la harina, amasamos durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo estiramos un poco la masa y repartimos la manteca en trozos por toda la superficie. Amasamos de nuevo hasta incorporarla completamente a la masa.
Envolvemos la masa en papel transparente y dejamos que repose en la nevera unos 20-30 minutos hasta que esté fría y manejable.
Una vez reposada la masa, pre-calentamos el horno a 180 ºC (arriba y abajo, horno tradicional) y procedemos a montar la empanada.
Para ello dividimos la masa en dos partes iguales. Extendemos una de ellas sobre una superficie enharinada con ayuda de un rodillo, la trasferimos a una bandeja de horno y recortamos el sobrante. Esta será la base de la empanada que cubriremos con el relleno, extendiéndolo por toda la superficie.
Extendemos la otra mitad de la masa y cubrimos con ella el relleno de la empanada. Cortamos el sobrante, con el que podemos hacer unos dibujos decorativos para que quede más atractiva, y sellamos todos sus lados asegurándonos que no queda ningún hueco por el que se pudiera salir el relleno.
Hacemos un agujero en el centro de la masa que servirá de respiradero y por el que saldrá el vapor evitando que la masa se hinche y deforme.
Pintamos la superficie de la empanada con huevo batido y horneamos durante 35-40 minutos o hasta que veamos que la superficie ha adquirido un tono dorado.
Retiramos del horno, dejamos templar y...a disfrutar!