Ingredientes (saldrán unas 12 - 14 empanadillas)
6 alitas de pollo Dos cebollas Un pimiento verde Una zanahoria Dos hojas de laurel Un paquete de obleas para empanadillas Una cucharada de baharat Un huevo Aceite de oliva sal
(para el baharat) 1/2 cucharadita de pimienta negra 1/2 cucharadita de pimentón dulce 1/2 cucharadita de cominos 1 cucharadita de vainas de cardamomo 1/2 cucharadita de clavos de olor 1/2 cucharadita de nuez moscada recién rallada 1/2 cucharadita de semillas de cilantro 1/2 cucharadita de canela
- Hervimos las alitas de pollo, a fuego lento y durante unos cuarenta y cinco minutos, en una olla con abundante agua, media cebolla en cascos, una zanahoria y un par de hojas de laurel y sal.
- Retiramos, dejamos enfriar y desmenuzamos la carne de las alitas en trozos no demasiado pequeños desechando las pieles. Reservamos. (Colamos el caldo, que puede congelarse para utilizarlo cuando sea necesario: una sopa, una paella...)
- Pelamos el resto de las cebollas y las cortamos en aros y luego en tiras. Lavamos el pimiento le cortamos también en tiras finas.
- En una sartén con un chorro de aceite pochamos la cebolla y el pimiento, con un poco de sal, a fuego suave hasta que estén blandos pero sin que cojan color.
- Mientras, preparamos el baharat triturando muy bien las especias en grano (pimienta, cominos, clavo de olor, semillas de cilantro, semillas de cardamomo extraídas de las vainas.) Podemos hacerlo en un mortero o también molerlas con un molinillo de café, por ejemplo. Agregamos las especias en polvo (el pimentón y la canela) y la nuez moscada recién rallada. Mezclamos muy bien y reservamos.
- Cuando la cebolla y el pimiento ya estén, escurrimos bien el aceite sobrante y mezclamos con la carne de las alitas y rehogamos un par de minutos; comprobamos de sal, añadimos una cucharada de nuestro baharat, removemos y retiramos del fuego.
- Rellenamos con esta mezcla las obleas y confeccionamos las empanadillas sellando bien los bordes con ayuda de un tenedor y las pintamos con huevo batido.
- Llevamos al horno que tendremos precalentado a 180º, dejando hasta que la masa esté cocida y tenga un bonito color dorado.
- Si las servimos acompañadas de una ensalada son una buena solución para una comida de plato único. Si no, son un rico aperitivo, ideal para acompañar una cerveza.