Las empanadillas, si las freímos, como es habitual, acaban siempre reteniendo mucha aceite, a pesar de dejarlas escurrir en papel de cocina, y quedan aceitosas y muy pesadas.
Hay una alternativa mucho más saludable y ligera: no freírlas!! Si ya, y entonces?
Pues entonces, las dejaremos hacerse en el horno, colocándolas en una bandeja previamente engrasada para que no se peguen. Temdremos unas empanadillas muy crujientes y sin aceite.
Si además, le injectamos un poquito de caldo con una jeringa quedarán aún más jugosas.